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FLOGGER: ¿Qué es y cómo se utiliza?

El flogger es un látigo corto de múltiples colas. Es uno de los instrumentos más usados en la práctica de la flagelación erótica. Existen muchos tipos de floggers, de todos los tamaños y formas, cada uno con un uso específico.

El flogger es un instrumento flagelante extremadamente común en sesiones y escenas BDSM. Consta de un mango corto del que parten múltiples tiras o colas de longitud corta o media. Dependiendo del material y/o morfología de las colas del flogger estas tendrán diferente efecto a la hora de azotar el cuerpo del/de la sub. Si las colas son cortas los azotes tendrán más fuerza y el impacto será más concentrado, si son largas será a la inversa. Las colas hechas de tiras planas están diseñadas para el azote superficial, mientras que las colas de forma cilíndrica están diseñadas para el azote profundo (que deja marcas). Si las colas son de polipiel o material blando la intensidad será suave o moderada, mientras que las colas gruesas de cuero, de piel curtida, nylon o cuerda garantizan unas sensaciones muy intensas.

A diferencia de lo que ocurre con otros instrumentos de spanking el flogger puede usarse para azotar, con cuidado, partes del cuerpo como el torso, los brazos, las piernas e incluso los genitales, dado que está pensado para castigar la piel de forma relativamente superficial.

Existen floggers pequeños con colas de seda/polipiel muy suaves hechos para azotar zonas muy sensibles con seguridad, como puede ser la vagina o los testículos. También existen floggers pesados y robustos diseñados para azotar con potencia el trasero y la espalda del/de la sub.

El uso del flogger requiere de tener un juego de muñeca enérgico y fluido, especialmente si se desean ejecutar sucesiones rápidas de azotes. Lo habitual es realizar un movimiento describiendo un 8 o una X, o bien imitando una rueda de molino si las colas tienen mucha longitud.

A fin de ayudar al juego de muñeca y prevenir que el mango del flogger pueda resbalarse de nuestra mano mientras lo usamos en el extremo inferior del mismo suele haber una lengüeta de seguridad que está diseñada para sujetarse a la muñeca de la persona que usa el instrumento.

Debemos recordar que es absolutamente desaconsejable azotar la cara con un flogger, dado que podemos dañar los ojos y otras partes expuestas muy sensibles. También es mejor evitar azotar con floggers duros los brazos, piernas, genitales, axilas e íngles por el riesgo de lesión.

Ciertos tipos específicos de flogger tienen el mango pensado para ser insertado en la vagina/ano de el/la sub, añadiendo un doble uso al instrumento. Otros incluso están pensados para ser llevados en un cinturón, pueden brillar en la oscuridad o estar personalizados a la carta.

La ventaja del flogger frente al clásico látigo es que necesita mucho menos espacio para ser usado y es fácil de manejar, incluso para novat@s, lo cual lo convierte en un instrumento muy socorrido, apropiado para cualquier circunstancia o lugar, lo que explica su popularidad.

En cualquier sex-shop nos será muy sencillo encontrar floggers ligeros y suaves de polipiel, incluso de cuero, aunque habrá una diferencia sustancial en el precio dependiendo de las características y materiales. Si deseamos adquirir un flogger pesado tendremos que recurrir a Internet o ponernos en contacto con un/a artesan@ BDSM, si escogemos esta última opción podremos elegir las características y materiales del flogger e incluso personalizarlo, la calidad será excelente pero el precio del producto final también será elevado en correlación.

 

Ilustración: funabori nariaki

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