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POTRO DE MADERA: ¿Cómo se utiliza y qué medidas de seguridad debemos guardar?

El potro de madera (“wooden horse” en inglés) es un instrumento de tortura de origen medieval que ha sido rehabilitado para su uso como parte del mobiliario típico de las mazmorras BDSM.

El potro de madera es un accesorio muy común en la mayoría de salones de juegos o mazmorras BDSM, es un elemento en forma de pirámide rectangular, dotado de unas patas para darle altura o de cuerdas/cadenas para ser izado/colgado. Este instrumento de tortura está diseñado para ser “montado” por la persona sub, al mismo estilo que un caballo, de ahí su nombre. El potro usa el propio peso de la persona que lo monta para atormentarla, dado que como está situado en altura imposibilita a la persona subida a él hacer pie con el suelo y carga toda la gravedad sobre el suelo pélvico y la muy sensible región corporal del perineo, que se apoyan sobre la punta de la estructura
piramidal, haciendo que esta se clave muy dolorosamente. Normalmente el/la sub suele montar el potro con las manos atadas, a fin de que no pueda usarlas de punto de apoyo y se vea obligad@ a soportar toda la gravedad de su peso contra la punta de la pirámide. La tortura sube en dolor e intensidad si el/la sub realiza el menor movimiento, si el potro se balancea o si se atan pesos a los tobillos del/de la sub.

La sensación de montar un potro durante un periodo relativamente corto es muy dolorosa, literalmente quienes han experimentado esta tortura dicen que es “como si tu cuerpo fuera a partirse por la mitad”. Dado que tortura zonas muy sensibles muy intensamente es recomendable limitar la duración de la tortura con potro a un periodo corto de tiempo, dado que podemos correr el riesgo de dañar severamente el suelo pélvico del/de la sub con un uso demasiado prolongado, resulta muy aconsejable tener al/a la sub asegurad@ con un arnés de cuerda para suspensión, dado que así podremos izarl@ con una polea si queremos liberarl@ del potro. Cuanto más aguda sea la punta de la pirámide más dolorosa será la tortura, también habrá más peligro de dañar el suelo pélvico, lo mejor es que la punta de la pirámide sea fina y redonda.

Si bien no existe problema en que el potro sea de madera es recomendable que la punta de la pirámide este recubierta de una pieza redondeada de metal, cerámica, plástico o gomaespuma, a fin de minimizar los efectos abrasivos sobre el perineo y los daños sobre el suelo pélvico.

Un/a sub masoquista disfrutará sin duda de las intensas sensaciones de montar un potro de madera mientras recibe otra clase de tormentos, como latigazos, cera caliente, pellizcos, tortura de pezones, etc, sin embargo debemos vigilar siempre las reacciones del/de la sub.

Ante el menor indicio de mareos, malestar o desvanecimientos debemos liberar de inmediato al/a la sub del potro, dado que eso significará que se ha excedido la resistencia de su cuerpo. Un uso inconsciente del potro puede derivar en lesiones y hemorragias internas mortales.

El potro es un instrumento avanzado, dado que al ser un elemento que puede hacer daños severos si se usa mal solo debería ser usado por Doms experimentados y por subs con suficiente resistencia.

No hay que olvidar que fue en el pasado un medio de ejecución, se debe usar con muchísima precaución, prestando atención en todo momento al bienestar del/de la sub, observando sus reacciones, teniendo mucho cuidado a la hora de agregar mayor intensidad a la tortura y, por supuesto, modificando el utensilio para que este pueda ser más seguro y cómodo.

 

Ilustración:  tsurugi hagane

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