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SE VUELVE A ABRIR LA PUERTA

Hace casi dos años, andaba perdido, buscando una Señora Dómina para que me educarse dentro del mundo Bdsm, para ir desarrollándome dentro de este mundillo, en el campo de Sissy Maid. Me hice un perfil una red social, y empecé a sondear y buscar una Dómina que estuviera interesada en educar a su medida una nueva Sissy Maid.

Estuve chateando con algunas que otras Señoras, pero por cualquier motivo que veía o por el simple miedo a lo desconocido de ese mundo, ya que solo tenía conocimiento por lo leído y visto en Internet, no concretaba una cita en persona para conocernos. Sabía que me atraía mucho el mundo del Bdsm, pero no me lanzaba a quedar para conocer ni tampoco a asistir a alguna fiesta de Bdsm, porque no sabía como tenía actuar para darme conocer y que me aceptasen como yo era.

Yo siempre le escribía a las Señoras Dóminas que pensaba que podía tener algún tipo de oportunidad, con esta presentación: «Buenos días Señora. Soy un chico Sissys Maid sumisa buscando Señora Ama«, algunas me respondían y otras no, hasta que un día escribí a una Señora, y transcurridas un par de semanas me respondió la Señora, yo le devolví el saludo y procedí a mi presentación. La Señora Dómina me dijo muy bien, que le podía interesar, ya entonces ahí, me entró un gusanillo de nervios, porque no me creía haber leído ésa contestación de la Señora Dómina. Entonces, ella me pidió mi dirección de correo electrónico, para pasarme un cuestionario y poder ella evaluar un poco más su interés en mí o descatalogarme de tirón.  Me lo envío, yo en todo esto era nuevo y cada vez que tenía que dar un paso para poder estar bajo el servicio una Señora Dómina, me ponía nerviosa.

Rellené el formulario, había términos que no entendía, pero bueno intenté recopilar información para poder responder lo más real y justo que podía ser, tenía mucho miedo y temor porque no sabía, si lo estaba haciendo bien o podía meter la pata e irse toda mi ilusión a pique… lo terminé y se lo envíe, pasados un par de días sin saber nada, (me comían por dentro los nervios), un día le envíe un correo electrónico para saber el estado de mi cuestionario. Pasadas un par de horas, recibí un correo electrónico, ya no atinaba abrirlo, era la respuesta que ansiaba desde hace unos días, me puso que está bien y me enviaba su número de teléfono móvil, y que el día siguiente sobre la 11:00 de la mañana, tenía que hacerle una llamada. Ya esa noche no podía dormir, por los nervios y no sabía de qué tema me iba hablar. Al día siguiente realicé la llamada, con más nervios que nada, me cogió el teléfono, yo me presenté y le indiqué quién era, la Señora Dómina reaccionó muy amablemente, me dio una cita para ésa misma tarde a las 19:00 horas.

Seguía mi angustia de no saber  qué iba a pasar, yo me auto tranqulicé, pensando que si una Señora Dómina me había dado una cita era por algún motivo que ella instruyó o vio algo que le gustó, recuerdo que apenas pude comer ese mediodía, tenía los nervios en el estómago haciéndome un nudo, poco a poco el reloj avanza, estaba llegando la hora, recibí un mensaje por WhatsApp, me dijo  dónde iba  ha ser el encuentro, ya se acercaba la hora, y me armé de valor, ahora más nervios que nunca, tenía que ir y dar la cara, para poder conocernos en persona y ver qué pasaba.

Llegué al punto de encuentro para vernos la primera vez, no se yo como me soportaban mis piernas, recuerdo que era enero, pero yo estaba sudando como si fuera en pleno mes de agosto, esperé un poco no veía a nadie,  entonces le envíe un WhatsApp, la Señora Dómina me dijo  que estaba llegando, yo daba paseíllos por la acera muerto de nervios, de pronto apareció la Señora Dómina, con un abrigo largo de piel, con sus bolso y una carpeta, me dije yo mismo, «ahí Dios mío, dónde me voy a meter», pero bueno era lo que deseaba, desde hace un largo tiempo, llegó a mi altura y nos saludamos, yo penas podía pronunciar palabra, estaba a merced de mí nervios, me indicó entrar en una cafetería, la Señora Dómina siempre delante de mi, como tiene que ser, nos sentamos en una mesa, pedimos una consumición.

Sacó unos papeles, era mi cuestionario, los repasó conmigo en persona, modificamos unos aspectos para mejor, me preguntó otras cuestiones sobre el Bdsm y de las funciones que debía ejercer, lo vi más interesante que me imaginaba, después de una larga charla, me pregunto si tenía CB (cinturón de castidad ) le respondí que si, me dijo la Señora «vale», me volvió a preguntar qué uniforme y vestuario tenía, le respondí que por el momento ninguno porque no sabía qué iba a suceder y la Señora me dijo que ya estaba tardando en empezar a buscar una bata de sirvienta y un delantal, que necesitaba pronto de mi servicio.

 

 

 

En dos días tenía todo comprado y listo, se lo comuniqué y me dijo un día que fuera a su casa, una vez ahí, tuve que ponerme el CB, la bata, delantal y lencería, empezó a instruirme como su Sissy, con mociones básicas de protocolo Bdsm.  Un par de días después volvimos a vernos y fui a su casa, me puse la indumentaria que había comprado y acodado para servirla, me puso a limpiar los muebles de su salón, no me lo podía creer ya se estaba cumpliendo mí sueño, el de ser la Sissy Maid de una Señora Dómina, transcurrido un par de semanas me agobié mucho y tuve que cortar unilateralmente la relación que tenía con ella, fue una corta pero intensa relación entre la Señora Dómina la sumisa.

Transcurrido un tiempo desde que había cortado la relación, empezó a resucitar en mi los mismos sentimientos de Sissy Maid y sumisa, como la vez primera, ya no tenía su número de teléfono y me puse como loca, por la redes sociales a buscarla para poder ponerme en contacto con la Señora. La encontré de nuevo en las redes sociales, había pasado un año y medio casi, tenía ganas de volver a servirla, pero no sabía qué reacción podría tener al volver contactar con la Señora Dómina.

Pasaban los días, cada vez tenía más claro lo que quería, después de una reflexión quería volver, me tenía que dejar de tonterías, inquietudes y tirarme a la piscina y volví a contactar con la Señora Dómina, para presentarle mis respetos hacia la Señora, y ver lo que podía pasar.  Un día me arme de valor y de envíe un mensaje, la Señora Dómina me respondió que quién era, le dije quien era yo, me dijo:  «vale, vale», pensé que me iba a dar largas y que mi oportunidad la había desperdiciado, pero no fue así, la Señora me dijo, que si podíamos volver a quedar para hablar,  le di las gracias a la Señora Dómina. Quería hablar conmigo, para mí ese gesto fue grandioso, me hizo un hueco para vernos y hablar en persona, que es de mucho agradecer a la Señora.

Quedamos y me presenté el día que me citó, volví a tener nervios y miedo, no a qué me iba a encontrar, eso ya era lo de menos, tenía miedo y nervios a que me dijera, que no, que ya tenía la plaza de Sissy Maid ocupada por mí ausencia, y que no estaba interesada,  entonces podría ser un trauma para mí. Quedamos en un Estudio que mi Señora tenía, llegué al Estudio a la hora que me indicó, muerta de nervios y inquietudes, me recibió muy cordialmente y me invitó a pasar al interior de su estudio, una vez dentro me salió de dentro de mí cuerpo una reacción automática, me tiré de rodillas a suelo, saludé como manda el protocolo, me invitó a que me incorporase, me ordenó que me sentara en un sillón, delante de la Señora, cara a cara, ahí tuvo lugar una pequeña entrevista y una chala, le fui muy sincera.

La Señora Dómina me preguntó qué me había pasado, yo se lo conté, en ese momento era prisionero de mis nervios, recuerdo que la Señora me miró a los ojos, yo no era capaz de mirar su cara, me ordenó que la mirase, a la cara, y me dijo: «vale muy bien, volverás a servirme, pero poco a poco», me emocioné, tuve una estaña sensación, era de felicidad y de paz interior, porque ya había pasado el momento angustioso, tenso, le di la gracia a la Señora por volver a abrirme la puerta de su estudio. Fue un situación angustiosa, los nervios a flor de piel, a final lo único que puedo hacer es darle mil veces gracias a mi Señora por volver abrirme la puerta de su Estudio.

Autor: Sissy Chantal

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