SUELAS ROJAS VII y VIII
SUELAS ROJAS (Parte VII) El fin de semana estuvo plagado de tareas para Carlos: Dionisia le dio todas las órdenes para que se encargue de la jardinería y otros pequeños arreglos, lo que se sumó a las tareas domésticas que le habían asignado en la semana. El domingo a la noche
SUELAS ROJAS IX
SUELAS ROJAS (Parte IX) La tarde del jueves al llegar a casa, Carlos vió que el coche de Dionisia no estaba, y encontró a Diana hablando por teléfono animadamente con una amiga, de muy buen talante. Le sirvió la merienda, y se arrodilló a un lado como si esperara nuevas órdenes,
¿CASTIDAD EN LA PLAYA?
Oh, la playa, los cuerpos desnudos, los pechos desnudos del vecino de la servilleta, las nalgas de la joven que juega al voleibol
CONSEJOS PARA ELEGIR LA CUERDA DE BONDAGE
Has probado esposas de metal y puños de cuero. Incluso has probado arneses. Pero mientras amas la sensación de esclavitud, es posible que encuentres que las soluciones rápidas actuales no te ayudan a lograr la posición perfecta y perversa que tenías en mente con tu pareja. Ahí es donde entra
SUELAS ROJAS V y VI
SUELAS ROJAS (Parte V) Se despertó y ya no sabía que pensar. Preparó todo y se fue al trabajo
SUELAS ROJAS IV
SUELAS ROJAS (Parte IV) Miriam y Mariana desplegaron sobre la mesa una larga cantidad de escritos y formularios. Una vez que Carlos se sentó, la abogada tomó la palabra: "Esto es todo lo que mi clienta ha dejado para que firme. Léalo, y luego lo firma. Entregue a la escribana cada
SUELAS ROJAS III
SUELAS ROJAS (Parte III) Carlos, ese era su nombre, se retiró a su pequeño cobertizo, con sus pocas pertenencias, trató de acomodar sus cosas, hizo espacio para el colchón inflable y cuando ya bajaba la noche se fue al quincho a darse una ducha y cambiarse la ropa. Tuvo un poco
LA FILOSOFÍA EN EL TOCADOR
Escrita en 1795, La filosofía en el tocador es una de las obras más significativas del marqués de Sade. Con el relato minucioso, casi científico, de las peripecias de Eugenia, una adolescente de quince años iniciada en los rituales del sexo por tres preceptores que desconocen -o quieren ignorar- los límites entre el bien
SUELAS ROJAS II
SUELAS ROJAS (Parte II) "Pues bien", le dijo ella con frialdad. "Tienes suerte de que Dionisia se haya tenido que ir a cuidar a su madre esta noche. Te puedes acomodar en el cuarto de servicio. Ya no quiero dormir más contigo". "Gracias mi vida!", dijo él tragando saliva, pensando que respecto a separarse era
SUELAS ROJAS
SUELAS ROJAS. Parte I Lo primero que vio al ingresar a la casa fueron las suelas rojas de las botas de su esposa, tiradas en la alfombra de la sala. Desde el fondo, al parecer de su cuarto, provenían unos gritos de pasión, y al ponerles más atención, de inmediato reconoció