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¿Y SI LE PONEMOS HUMOR AL BDSM?

Cuando gente vainilla me pregunta qué es lo que más disfruto del BDSM, yo siempre digo que me río mucho y me divierte. Me gusta ver entonces, cómo me miran raro y se decepcionan porque esperaban truculentos detalles, como por ejemplo, que les diga: “disfruto de desmembrar gente”.

Pero eso no es muy diferente cuando se lo digo a algunos bdsmeros. Lamentablemente veo a veces, una rigidez y seriedad extrema, un “las cosas son así y hay que respetarlas”.

¡¡Y pobre de aquel que no las respete!! Se ganará la mejor cara de culo de algunos y un solemne dedo acusador que les recuerde cuál es su lugar (siempre por debajo de los malhumorados, of course).

Como decía Bukowsky: “alguna gente no enloquece nunca, que vida verdaderamente horrible deben tener”.
Por eso será que me gusta mirar las fotos de Bettie Page, tanto azotando como siendo azotada con cara de disfrute y buen humor.

Todo mi respeto y admiración para los que se excitan cuando se ríen de ellos.

Para disfrutar de lo que nos gusta, además de placentero, tiene que ser divertido. ¿De qué nos sirve buscar placer en donde no se permite una carcajada o una sonrisa cómplice? No me digan que nunca en el medio de una sesión, les pasó de que algo no salió como lo esperaban.

Voy a dar un ejemplo personal: mandándome una escena histriónica Fem Dom en un evento, me patiné y por no hacer papelones, leáse caerse de culo, para que no se rían de mi (¡¡sí, adivinaron!! a mi también aún me cuesta aceptar que se rían de mis desgracias) traté de frenar la caída con la mano izquierda y resulta que me la rompí. ¿No hubiera sido mejor que me cayera de culo que seguro no me lo quebraba, se reirían todos un rato y ya está?

Otro ejemplo, no hay nada más deserotizante y desesperante que cuando se quiere esposar a alguien y se nos traba el aparatejo esposador… ¿no es mejor reírse, aceptar que nadie es perfecto y aprovechar para distenderse un poco? ¿Acaso no es mejor la complicidad que generamos con humor, que quedar como un histérico y revolear las esposas por la ventana a las puteadas?

Y así puedo dar miles de ejemplos, desde cualquier rol, por supuesto.

Es muy complicado ya subsistir en la vida cotidiana con la falta de humor general, como para que encima, en nuestros juegos íntimos, no podamos reírnos CON el otro y DE nosotros mismos (utilizo las mayúsculas para establecer diferencias sutiles que pasan de la risa, a la burla malintencionada que no es justamente a lo que me refiero en esta columna)

Una paradoja que, como bien dijo un amigo sumiso, para vivir seriamente el BDSM, hay que tener una buena dosis de buen humor.

 

Autora: Mistress Carol Hellfire

 

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