TORTURA DE PEZONES: ¿Cómo se realiza y qué precauciones debemos tomar?
La tortura de pezones («nipple torture» en inglés) es una práctica muy popular en los juegos SM por las potentes sensaciones que provoca, hay muchas formas de realizarla.
Los pezones, tanto en hombres como en mujeres, son una parte del cuerpo con mucha sensibilidad y gran concentración de terminaciones nerviosas, por lo que resultan un objetivo ideal para realizar sobre ellos una gran gama de juegos y de torturas dentro de una sesión BDSM.
La tortura de pezones, sea realizándola con las manos, uñas o boca del/de la Dom como usando elementos específicos, como pueden ser pinzas, cepos, pesas, hielo, cera caliente, agujas, vibradores, aparatos para tortura eléctrica, etc, puede ofrecer sensaciones muy intensas al/a la sub sin requerir para ello un esfuerzo considerable para el/la Dom. La intensidad de la práctica y la forma de realizarla, por supuesto, deberá adaptarse tanto a la tolerancia al dolor como a las preferencias del/de la sub, siendo estas consignadas en los límites.
Al igual que cualquier tortura la práctica del tormento de pezones tiene varias fases: la primera de ellas es el calentamiento. Al igual que pasa en el spanking torturar a un/a sub en frio con mucha intensidad desde el inicio hará que el castigo no sea agradable para el/ella por lo que es necesario comenzar con una intensidad baja e ir escalando progresivamente a medida que sintamos que nuestr@ sub está más receptiv@ y lo bastante excitad@ como para tolerar un castigo más severo. Debemos prestar mucha atención a las reacciones del/de la sub.
Una vez superada la fase de calentamiento subiremos la intensidad de la tortura hasta el nivel deseado y nos mantendremos en una fase de llanura, en la que por un tiempo relativamente prolongado mantendremos la intensidad y tempo de la tortura, hasta que deseemos desescalar.
La desescalada, la última fase, consiste en la aplicación de un aftercare proporcional en duración e intensidad a la fase de llanura, consistente en aliviar de tensión nerviosa los pezones de nuestr@ sub recurriendo a masajes, lociones calmantes o caricias gentiles y delicadas.
Durante la fase de llanura es posible volver a subir la intensidad de la tortura si el/la Am@ lo ve adecuado y si el/la sub así lo consiente, pero se debe tener en cuenta que si subimos la intensidad llevad@s por la excitación podemos incurrir en el peligro de excedernos.
Debemos tener en cuenta que el daño que reciben los pezones es acumulativo, durante la tortura, mientras los pezones estén «calientes», nuestr@ sub sentirá solo una fracción del daño que produce la tortura, sintiendo la totalidad del daño acumulado cuando estos se «enfríen».
Unos pezones torturados por encima de su umbral de resistencia producirán posteriormente una dolorosa agujeta, caracterizada por la hipersensibilidad ante los cambios de temperatura, dolor intenso ante el tacto o el roce e hinchazón y enrojecimiento de las glándulas.
Si jugamos con pinzas debemos tener presente que no es conveniente usar durante mucho tiempo unas que resulten demasiado potentes, dado que podemos obstruir la circulación sanguínea o causar lesiones a los pezones del/de la sub que podrían ser muy dolorosas y peligrosas.
Si jugamos con hielo tenemos que recordar que hay peligro de causar lesiones por congelación si lo hacemos con poco cuidado, así como causar quemaduras si jugamos con cera caliente o con electricidad. Si usamos las uñas debemos cuidarnos de no producir heridas en la piel.
Si bien retorcer los pezones con la mano o usando pinzas es una tortura muy común existe un cierto peligro de desgarrar los pezones, por lo que nunca deberemos forzarlos más de lo recomendable y debemos observar con mucha atención las reacciones de nuestr@ sub mientras tanto.
Es muy común que ciert@s subs y esclav@s muy amantes de la tortura de pezones decidan adornar estos con piercings tanto decorativos como funcionales, anillas pensadas para realizar tortura de pezones en este último caso. Los piercings para pezones son un modo de tortura en si mismo, dado que requiere perforar el pezón y vivir con la sensación de tenerlo horadado y llenado con un elemento metálico que el/la Am@ puede usar en cualquier momento y lugar para torturar a su sub tirando de él para producir tensión y una sensación de falso desgarro.
Es necesario tener presente que si forzamos un piercing demasiado podemos literalmente arrancarlo y destrozar el pezón del/de la sub, por lo que se debe hacer con cuidado y calcular con mucho tiento a cuanta tensión podemos someter sin peligro a los piercings de pezones.
Otra forma de tortura de pezones son los juegos con agujas, solo aptos para subs con fetiche por esta práctica y suficiente resistencia. No tod@s l@s Dom están capacitad@s para realizarlos, dado que requieren de un cuidado y una higiene extremos, durante y después del juego.
La tortura de pezones es, por lo tanto, una práctica sumamente versátil, apta para realizar en cualquier lugar y casi sin materiales. Se puede usar tanto como castigo como juego placentero y es una práctica con la que muchas personas se inician en los juegos sadomasoquistas.
Ilustración: wokada