SUMISA INFILTRADA – LA CENA
CAPÍTULO 4: LA CENA
Bajamos la escalera mientras me comentaba que íbamos hacer algo de cenar juntas.
—Y te enseño la distribución de los utensilios de la cocina, también voy a enseñarte el cuarto de la limpieza para que te ubiques en tu territorio puta.
Llegamos a la cocina que tenía una gran mesa en el centro, me quitó la cadena del collar, pero mi collar lo dejó. Empezó a abrir los muebles de la cocina y enseñarme lo que había en su interior, ya realizado un reconocimiento a los muebles, mi Señora se sentó en un taburete alto y me ordenó que hiciera algo de comer. Abrí la nevera e improvisé un pequeño menú para la cena, se lo comenté a mi Señora que le pareció prefecto. Me llevó al salón-comedor para enseñarme donde íbamos a cenar y donde estaba ubicada la vajilla y la cubertería. Mi Señora se quedó en el salón y me mandó cocinar la cenar, en algún momento pensé que me iba a ayudar en la primera noche, qué inocente de mí… solo me enseñó la ubicación y «apáñate como tú puedas». Fui a la cocina, pero cuando estaba ya allí, me llama con un voz fuerte:
—Jen un momento, ven a salón— cuando llegue a salón me dijo— Perdona, pero se me olvidó a decirte que nunca quiero ver una mancha en los uniformes, ni en los delantales de los uniformes, los delantales que compré por separado me da igual, pero si después de realización de la tarea está manchado, lo echas a lavar y si tienes que hacer otra tarea, usa otro delantal de los que te compré aparté o ya te organizas tú misma, pero yo quiero el uniforme impoluto, sin manchas, venga ve ya a hacer la cena. —Tiré para la cocina y nada entrar busqué los otros delantales y escogí el que más cubría y me lo puse encima del otro.
Empecé con la cena y preparé unas tortillas y una ensalada, algo ligero para la noche, fui corriendo al salón para colocar la mesa, mi Señora estaba muy concentrada escribiendo, alzó la mirada.
—Muy bien, eres inteligente, te has puesto otro delantal para no manchar el uniforme, me gusta ese detalle.
—Señora perdone, estoy bastante liada en la cocina.
—Venga corre y haz tú trabajo puta.
Me retiré para terminar de cocinar, cuando estuvo a punto empecé a sacar los platos de la cena, mi Señora se levantó y se dirijo hacia mí y ¡¡plas, plas, plas!!
—¿Quién te ha dado permiso para empezar a servir la cena?
—Perdone Señora, nadie, yo pensé que cuando estuviera lista la cena la podría sacar, no sabía que tenía que pedir permiso para poder servir la cena…
—Tienes que comunicarme todo y pedir permiso para todo, menos para la realización de las tareas de la limpieza, para todo los demás deberás pedir permiso, recuerda que tú estás aquí para aprender el protocolo de BDSM, venga ven y empieza a servir la cena.
Me fui corriendo hacia la cocina y empecé a llevar los platos, mi Señora se sentó en la mesa, yo saqué la bebida y por inercia me senté en la silla y…. ¡plas, plas! dos ostias.
—Otro fallo, nunca debes sentarte en la mesa donde haya una Señora sin pedir permiso.
Para mi era mucho detalle de protocolo en poco tiempo… mi Señora empezó a cenar y yo estaba detrás de la silla que donde iba sentarme de pie. Al rato de empezar a comer ella, me concedió permiso para poder sentarme y cenar, cuando terminamos de cenar y antes de empezar a recoger los platos me dijo:
—Un momento, tenemos que hablar — cogió la Señora una libreta —escucha bien, que odio tener que repetir las cosas:
>>Tendrás que levantarte a las 07:00 y lavarte sin despertarme y vestirte con uniforme. Yo desayuno de 09:00 a 09:40, por lo debes de tener el desayuno controlado para servirlo en el menor tiempo posible, yo te avisaré para que recojas mi desayuno. Una vez que yo haya terminado, desayunarás tú en la cocina, cuando puedas, sin dejar de servir ni de estar atenta a mí, me da igual la hora.
>>A partir de las 10:00 harás la limpieza de la casa, en los sitios que tú creas necesario, la limpieza de los baños es obligatoria cada día. (Una casa con tres cuartos de baño).
>>Me gusta comer entre las 14:30 y 15:00, tú te deberás organizar para limpiar y tener la comida lista a esa hora, se come en el salón-comedor, después deberás recoger todo. Y tendrás descanso hasta la 17:30, que me gusta tomar un café a las 18:00.
>>Después de la 18:00 cuando recojas los cacharros del café, tendrás tiempo para ir programando la cena y la comida del día siguiente. Quiero cenar de 21:00 al 21:45, la cena tendrás que servirla con uniforme de gala, tu a veces cenarás conmigo y otra veces en tu dominio, o sea, en la cocina.
>>Te daré un tiempo para fregar y recoger la cena, a las 23:00 te ducharás y te pondrás la ropa de noche que te encontrarás encima de la cama, lencería fina para irnos las dos a la cama o un traje de sissy maid, que será la señal de que vamos a jugar un rato y practicar de BDSM, si jugamos volveremos a ducharnos las dos juntas.
>>Cada vez que se me antoje te irrumpiré para buscar cariño y sexo. Cada vez que te cambies de uniforme, deberás presentarte delante de mí para verte y poder dar el visto bueno a como estás uniformada.
Una vez que terminó mi Señora de darme las indicaciones pertinentes, me puse con mi tarea que consistía en recoger la mesa y después tenía que ir a la cocina y fregar los platos y los utensilios que había necesitado para poder preparar la cena. Cuando estaba fregando se acerco mi Señora y me dijo
—Cuando termines sube y te duchas—acabamos de empezar la rutina…
Tenia poco que fregar y terminé pronto, me quité el delantal de trabajo, lo doblé y lo coloqué sobre un taburete. Subí corriendo a la habitación, tenía un poco de nervios para ver que me iba a encontrar sobre la cama, abrí la puerta con mucha intriga y despacio, y puede ver que me había escogido un bonito juego de lencería con un picardías. La tranquilidad entró en mi cuerpo, ya sabía que esa noche no íbamos a tener juegos de BDSM, pero dejaba la puerta abierta a otros tipos de juegos en la cama, me daba igual, porque yo también disfrutaba con esos juegos que podríamos tener.
Me metí en la bañera, esta vez si, me di una ducha rápida y sola, me sequé y a darme la vuelta estaba mí Señora sentada en la cama, estaba observándome a ver si cumplía, como salí del baño sin liarme en la toalla seguía estando húmeda y deposité la toalla en su lugar. Me acerqué a mí Señora y de dije:
—Señora si usted lo ve oportuno, podría terminar de sacarme usted.
Mi Señora se levantó y me tiro encima de la cama diciéndome:
—Como está avanzando mi puta, sabes como provocarme— Se echó encima de mi,
—Ahora voy a terminar de sacarte yo con mi lengua y con mi roce.
Así empezamos a rozarnos mutuamente hasta que terminé seca, nos levantamos de la cama y nos pusimos la lencería y el picardías cada una y nos metimos en la cama a darnos besos por todo nuestro cuerpo hasta que nos quedamos dormidas.