El sadismo (la “S” del término BDSM) consiste en obtener placer sexual de producir sensaciones muy intensas a otra persona mediante la aplicación del dolor, la humillación y la tortura sexual o erótica.

El sadismo toma su nombre del Marqués de Sade, noble francés del siglo XVIII famoso por ostentar un trastorno mental al que dio nombre y que define a una persona que “disfruta viendo o causando el sufrimiento ajeno”. El término durante mucho tiempo definió a una desviación sexual, pero en las últimas décadas el término ha sido rehabilitado y matizado, definiendo a aquellas personas que, dentro de una relación sadomasoquista consensuada, disfrutan del acto de infligir dolor, humillación o tortura erótica a otra persona, con su consentimiento.

Es el consentimiento, el consenso de la persona sumisa, lo que diferencia al sadismo sexual del sadismo patológico, dado que este último es enfermizo, egoísta y absolutamente ajeno a cualquier clase de consenso y de dinámica SSC. El sadismo sexual no evidencia ningún trastorno.

El sadismo sexual es muy diferente al sadismo patológico, el sadismo sexual encuentra placer sexual en contemplar o provocar sensaciones eróticas intensas en la otra persona, el sadismo patológico se recrea simplemente en el sufrimiento, la tristeza y la desesperación ajenas.

El sadismo es una marca distintiva de una persona con tendencias dominantes o switch. El/La sadic@ obtiene placer no solo de atormentar a la persona sub, sino también de la sensación que le confiere el acto de dominar, de tener el control total, de someter a la otra persona.

Gran parte del placer sádico es una satisfacción de carácter puramente mental, una sexualización del control, del poder y del dominio, muchas veces una persona sádica puede disfrutar más de torturar, dominar y humillar a su compañer@ que de las relaciones sexuales en sí mismas.

L@s Am@s sádic@s suelen caracterizarse por una mente muy imaginativa e inquieta, siempre a la búsqueda y a la exploración de nuevas fantasías y posibilidades, de nuevas ideas e inspiración para crear escenarios y métodos de tormento sexual que lleven al/a la sub al límite.

La creatividad y la imaginación es la característica fundamental del/de la Am@ sádic@. El/La sádic@ es un/a Dom refinada, gourmet, no se conforma con lo meramente sexual ni con meramente dominar, es un/a Dom para el/la cual es muy importante que el/la sub vibre con la sesión.

El/La sádic@ encuentra su placer en “quebrar” al/a la sub con el goce que le proporciona. Disfruta de dar un placer tan intenso que sea casi intolerable, por lo que en cada sesión se afana por llevar a su compañer@ hasta el clímax y mantenerl@ ahí hasta la extenuación. El/La sádic@ no usa solamente el dolor y el tormento como herramientas. Estos se combinan con la sensualidad, la ternura y las caricias, difuminándose la distinción entre goce y tortura, haciendo que el dolor y la humillación potencien el placer sexual de la persona sumisa.

Una persona sádica, por lo tanto, es aquella que disfruta de provocar sensaciones muy intensas, que obtiene goce de contemplar a su sub en un trance de placer, y que usa su rica imaginación e inventiva para fabricar fantasías y escenarios que realizar y disfrutar con su sub.