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¿QUÉ ESPERAR DE UNA SESIÓN CON UNA DÓMINA?

Finalmente, estás ya a punto de tener tu primera sesión con una Dómina profesional. Quizá antes te hayas informado un poco y, aunque estás comprensiblemente nervioso, tienes una idea bastante aproximada de lo que esperar. O, lo que puede ser peor, has tratado de informarte y sigues sin tener ni idea de lo que puede ocurrir cuando te encuentres, por primera vez, ante una Mujer Dominante. Aunque, dependiendo del como haya sido tu primer contacto con tu futura Dómina, puede que hayas fijado los parámetros de lo que deseas que suceda… o no.

Hay muchos escenarios y situaciones que pueden tener lugar en una sesión con una Dómina. Cuando al fin estéis frente a frente: la Dómina ante el sumiso, lo primero que puedes esperar es que haya un “saludo” inicial. Y, si tu futura Dómina no ha explorado ya tus necesidades, deseos y límites lo hará ahora, durante esa toma de contacto. Algunas profesionales incluso tienen formularios escritos, en los que inquieren sobre tus preferencias, limitaciones y posible experiencia, impresos que, además, pueden listar escenarios y formas de juego que le gustan a la Dómina, y en los que es experta.

Este tipo de selección inicial también tiene lugar cuando eliges a tu Dómina (¡o, mejor dicho, cuando ella te elige a ti!), ya sea por teléfono o Internet. Así que estate preparado para responder a sus preguntas acerca de lo que te excita, y que es aquello en lo que, definitivamente, no quieres meterte. Tus respuestas le ayudarán mucho a tu Dómina a ofrecerte una experiencia BDSM más significativa.

 

¿Qué verás en uno de esos impresos?

En general, las Dóminas  tienen un amplio abanico de escenarios, juegos y fetiches en los que no solo están versadas, sino que además disfrutan haciéndolos. Y cuando tu Dómina y tú os ponéis de acuerdo en una forma peculiar de juego, entonces participarás en lo que en el mundillo BDSM se conoce como una “escena” o “sesión”.

La mayoría de los sumisos disfrutan de algún tipo de juego con dolor, ya sea suave o fuerte. Un ejemplo de juego con dolor suave puede ser cuando la Dómina le coloca al sumiso unas pinzas en una parte sensible de su cuerpo, como los pezones, la polla, o los labios de la vagina si es sumisa. Otras formas de juego con dolor suave, dentro de las prácticas llamadas CBT (cock and ball torture), o sea tortura de las pelotas y la polla, incluyen cosas como el derramar la cera caliente de una vela sobre dichas partes, tan sensibles, de la anatomía del sumiso (aunque también se pueden “encerar” otras partes de su cuerpo). Y, a menudo, se emplea una cuerda de algodón (un cordón largo de zapato o bota puede servir) para atarla en derredor de las pelotas y picha del sumiso, lo que además de castigarlo y humillarlo, sirve para incrementar su sensibilidad y alargar la duración de su erección.

Estas son algunas de las ideas que la Dómina puede tener para llevar a cabo en tu sesión, siempre que le hayas dicho que te intriga el efecto que pueda tener en ti el dolor, o, directamente, que te excita el sufrirlo. Y realmente si te agrada el juego con dolor, puedes estar casi seguro de que tu Dómina llevará tu umbral de dolor/placer a un nivel más alto.

Algunas formas de CBT extremo incluyen juegos con la uretra (como la introducción de varillas), empleo de jaulas para el pene y colocación de piercings en el sexo, por mencionar algunas. También son muchas las Dóminas que disfrutan con algún tipo de negación del orgasmo, ya sea tentando y negando repetidamente a lo largo de la sesión (y permitiéndole al sumiso, o no, correrse al final de la misma); o, en los casos extremos de negación del orgasmo, colocándole al sumiso algún tipo de aparato de castidad e impidiéndole tener un orgasmo por largos periodos de tiempo.

A ciertos sumisos les excita el bondage (las ataduras). En su versión suave el bondage puede consistir en atar al sumiso a, digamos, una silla o una cama, y en su versión más dura el hacerlo a una cruz, potro o rueda. Y una vez atado, también se le puede amordazar. Naturalmente, todo esto es a discreción de la Dómina.

Finalmente, hay Dóminas que gustan de infligirle al sumiso una humillación erótica. La humillación erótica puede revestir muchas formas. Así, la Dómina puede forzar al sumiso a trasvestirse y realizar las tareas tradicionalmente asociadas a la mujer. Y puede burlarse del pene del sumiso y tratarlo, a él y a su órgano sexual, como simples objetos. También puede ridiculizar verbalmente al sumiso y abroncarlo. Muchos sumisos notan que la humillación, en sus diversas formas, les resulta altamente excitante, e incluso pueden llegar a pedirle a la Dómina que realice esas humillaciones eróticas en público.

Pensamientos finales

Las combinaciones y permutaciones en su trabajo de que dispone la Dómina tan solo están limitadas por su imaginación. Una Dómina muy creativa y astuta podrá llevar a su sumiso hasta nuevas alturas (o, mejor dicho abismos). Pero, sobre todo y sin importar lo que tu Dómina y tú decidáis hacer durante vuestra sesión, de lo que siempre tienes que asegurarte es de que la confianza y la comunicación sean lo esencial en cada una y todas vuestras escenas.

 

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