PRIVACIÓN SENSORIAL (VISTA): ¿Cómo se realiza y qué efectos produce?
El acto de vendar los ojos de el/la sumis@ durante una escena o sesión es un gesto ampliamente difundido dentro del BDSM, es la práctica más popular de los llamados juegos de privación sensorial.
La privación sensorial visual es una práctica sencilla de realizar, pero a la vez de efectos muy potentes sobre la persona que la recibe. La vista es, dentro de los cinco sentidos, aquel del que más dependemos y del que nuestro cerebro recibe la gran mayoría de sus estímulos nerviosos, la cancelación del sentido de nuestra vista durante un periodo de tiempo determinado produce en nuestro cerebro confusión, desubicación y un efecto pozo. La privación del sentido de la vista produce un desvío de la sensibilidad nerviosa a los otros cuatro sentidos restantes, principalmente al oído, que se afina, y muy especialmente al tacto, que en ausencia de la vista multiplica su sensibilidad habitual. El mayor efecto se consigue con una privación sensorial de la vista de unas cuantas horas de duración ininterrumpida.
La privación de la vista resulta ideal para aumentar las sensaciones placenteras del tacto, así como para propiciar una mayor sensibilidad de las zonas erógenas. La tensión nerviosa que experimenta el/la sub al no poder ver que hacemos contribuye a incrementar su sensibilidad.
Resulta muy sencillo encontrar formas de restringir la vista de nuestr@ sumis@, desde objetos caseros como un trozo de tela, una bufanda o cinta de seda hasta artículos de BDSM destinados a tal fin como antifaces, cinta de bondage o capuchas/máscaras de cuero, látex o polipiel.
La privación sensorial visual suele complementarse con el bondage o con un cierto nivel de restricción corporal, lo cual aumenta la tensión nerviosa de la persona sometida y contribuye a hacer su cuerpo incluso más sensible a los estímulos de sus cuatro sentidos restantes.
Ilustración: boris noborhys