OBJETIVIZACIÓN SEXUAL: ¿En qué consiste y cuáles son sus límites?
La objetivización sexual es una práctica recurrente dentro del BDSM que implica, de forma consensuada, una degradación de la persona sumisa, pasando esta a ser tratada como un objeto sexual.
La objetivización sexual plantea un juego D/s de intercambio total de poder, esto quiere decir que durante la sesión/escena la persona sub quedará completamente a merced del/de la Am@, por lo que es muy importante consensuar hasta el más mínimo detalle antes de empezar a jugar.
La objetivización implica una relativa deshumanización del/de la sub, pero nunca se debe llevar el juego al extremo y caer en conductas que serían inapropiadas e incompatibles con el SSC. La persona sub debe contar con una safeword o gesto de seguridad para detener el juego si considera que este está yendo demasiado lejos o que se están violentando los límites pactados. Como es natural esta clase de prácticas relativamente extremas de D/s solo es recomendable realizarlas con un/a compañer@ de absoluta confianza para que no resulten peligrosas.
La forma más común de objetivización es la conocida como “esclavitud sexual”, un escenario en el que la persona sub tiene el único propósito de satisfacer las necesidades y deseos sexuales de su Am@. La duración del juego puede ir desde una sola escena hasta una relación 24/7.
Es muy común que la objetivización sexual venga acompañada de bondage, códigos de conducta, el uso como mobiliario o decoración del cuerpo del/de la esclav@, incluso que dicha objetivización sea aliciente para hacer al/a la sub mantener relaciones sexuales con otras personas.
Dado que la entrega del/de la sub debe ser total, ya que renuncia no solo a tomar decisiones sobre su cuerpo sino muchas veces también sobre sus actos, quedando en manos del/de la Am@ todo el poder, la responsabilidad del/de la Dom es extrema también, siendo su obligación velar por el cumplimiento de los límites pactados. Como en cualquier escenario BDSM tanto Dom como sub se reservan el derecho a detener la sesión si es necesario renegociar algún aspecto o si se desea introducir una práctica en el juego que no se ha acordado previamente.
La objetivización sexual es una práctica extrema, dadas sus características, tanto Dom como sub deben estar preparad@s psicológicamente para sobrellevarla, en caso contrario es muy posible que la situación se salga de control y que tenga consecuencias muy negativas y dañinas.
Un/a Dom que no tenga suficiente autocontrol correrá el peligro de llevar el juego demasiado lejos, y un/a sub que no conozca sus límites podría poner en serio peligro su integridad física y mental.
Ambas partes deben tener responsabilidad e integridad a la hora de jugar. Si bien algunas parejas consiguen sobrellevar una relación 24/7 basada en la objetivización sexual esto no es saludable para el/la sub, dado que implica una total anulación de la voluntad, la vida social, familiar y laboral, y establece una relación de dependencia emocional.
La objetivización sexual, como cualquier práctica extrema de D/s, necesita de un nivel considerable de madurez y de responsabilidad por parte de ambos roles, necesita de límites muy precisos y por supuesto de respeto para que funcione y no se convierta en una práctica dañina.
Ilustración: gochou