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Una cálida noche de verano, donde hasta la más leve brisa se anhela con desesperación, en una parcela, algo apartada de la vista de la gente se reúnen cuatro personas, cuatro amigos para disfrutar de la vida y la tranquilidad. Mientras jugaban a las cartas, todo era aparentemente normal, excepto para Arturo, el cual su maestro le estaba torturando sin que el resto de los que estaban allí supiese nada.

El maestro de Arturo, David, sentado frente a el estaba disfrutando viendo como su esclavo estaba tratando de actuar con normalidad mientras con un mando a distancia estaba controlando los estímulos sexuales de su esclavo. La velada estaba acabando, el hielo de las bebidas inundaba los posavasos de estas, aguando las bebidas y desaprovechandolas. Arturo, en un desesperado intento por salir del rango del vibrador de su amo, insiste en ir a por hielos al pueblo.

—Aún es temprano, la diversión no se ha acabado aún, voy y vuelvo en cinco minutos.

Sin saber que esos cinco minutos harían que la velada fuese más interesante aún, Arturo coge el coche y sale disparado. Su maestro, que se imaginaba lo que pasaba, se le ocurrió algo que amenizaría el resto de la velada. Pasan cinco minutos, para Arturo esos cinco minutos fueron gloriosos, al fin podía pensar con claridad, deshaciéndose de la bala vibradora fuera de su ano y consiguiendo descansar un tiempo, aunque sabía que eso ameritaría un castigo, pero estaba dispuesto a aceptarlo.

—Necesitaba pensar con claridad.

Se repetía a sí mismo una y otra vez para tratar de exculparse de lo ocurrido. Cuando aparcó el coche se percató de algo que podía ser malo, se dejó el móvil en la mesa, mirando corriendo solo encontró un mensaje de su Amo: “Baja”, algo tan corto y conciso solo podía significar el CASTIGO.

Dirigiéndose al sótano Arturo solo podía preguntarse por qué sus amigos no se despidieron, por qué no esperaron, ¿acaso había tardado demasiado? Pero su sorpresa fue otra. Se encontró el sótano a oscuras, y sin previo aviso alguien lo amordazó y le sujetó las manos. Arturo no se sobresaltó, era algo que su dueño solía hacer, solo le sorprendió que fuera tan repentino. Se le fue privado de su visión, se le pusieron auriculares para que no oyera, se le tapó la nariz, estaba completamente privado de sus sentidos, y eso le encantaba, tan solo quería que continuase. Sintiendo una suave mano acariciando su espalda, le empujaron y golpearon contra algo duro, y sintiendo el entrechocar metálico se hacía una idea de lo que ocurría. Estaba atrapado, le habían atrapado en el Cepo Sexual de su Amo. Para Arturo era algo casi nuevo, solo lo vio y escucho el sonido cuando lo compró su Amo, pero aún no lo habían probado juntos.

—Es para ocasiones especiales.

Le dijo David, ¿acaso esta ocasión es especial? ¿Qué hay de distinto en todo esto? Se preguntaba Arturo. Tras esto algo de luz pasó a través del antifaz, le quitaron los tapones permitiéndole oler, le quitaron los auriculares permitiéndole oir de nuevo, y cuando le quitaron el antifaz se dio cuenta de porque era esa una ocasión especial. Tras volver a ver, vio a sus amigos y a su maestro, todos expectantes de la situación en la que se encontraba.

—Ya sabes que quiero convertirte en un buen esclavo, y primero tengo que quebrar tu mente para remodelarla.

Le ataron entre todos varios vibradores a las zonas mas sensibles de su cuerpo, mientras que dejaron libres su culo para uso personal de su amo y su boca para uso de todo aquel que quisiera entrar en ella. Trajeron varios bolígrafos para escribir cosas obscenas en su cuerpo, cosas que aún siendo obscenas eran verdad. Su maestro comenzó jugando con su culo, empezó a azotarlo con fuerza pero excitándole mientras el pene de su amo se abría camino por el culo de su esclavo, empujando con fuerza, una fuerza que pocas veces había sentido dentro de él. Sus amigos mientras tanto se dieron cuenta que eso le encantaba, y listos a participar le pusieron unas cadenas en los pezones mientras que el otro sacaba su pene de los pantalones y aprovechando una cara de éxtasis metió su pene hasta la garganta.

Sincronizándose el maestro y su amigo, empezaron a empujar de tal manera que los tornillos que sujetaban a Arturo al suelo se soltaron haciendo más fácil que se moviera hacia adelante y hacia atrás con cada empujón. El otro amigo, sintiéndose sólo sin hueco donde meter su polla, paro a todos un momento para abrirse camino a través de la boca de Arturo también. ¡¡¡¿¿¿DOS POLLAS EN LA BOCA Y UNA TAN GRANDE EN EL CULO SIENDO FOLLADO DE ESTA MANERAAAA???!!! Arturo se estaba sintiendo en un éxtasis casi perfecto, solo le faltaba algo, que alguien le sacase la leche de su polla mientras tanto. Tras una larga follada, su amo se dio cuenta que su esclavo aun no se había corrido he hizo parar a todos, dándose la vuelta y agarrando a su esclavo del pelo para mirar esos ojos inyectados en éxtasis.

—Eres una puta insaciable ¿verdad? ¿Qué tal sería dos pollas en tu culo?

Entonces, antes de que pudiera articular palabra, su amo le metió su polla hasta la garganta mientras que sus dos amigos se daban la vuelta para follárselo por el culo a la vez. Esas pollas en su pequeño culo, esa polla en su boca, Arturo no se podía creer tanto placer, era tan jodidamente perfecto que se olvidó de que necesitaba correrse. El único pensamiento que le rondaba la cabeza era: “MAAAAS”,
solo necesitaba más.

Le estuvieron follando durante toda la noche, corriéndose una y otra vez en él. Cuando alguien necesitaba descansar, Arturo solo era capaz de exclamar: “MAAAAS”, y enseguida se encontraba entre los juguetes de su amo algo para satisfacerle. Cuando ya rayó el alba por encima de la parcela, los gallos cantaron en la lejanía, aunque en la granja solo se podían oir los últimos remanentes de la última eyaculación de su amo.

—AAAHHHH… ah, ah. Je, los otros cayeron exhaustos hace dos horas, y tu seguías pidiendo más; creo que te dejare ahí un par de días para terminar de rematar el entrenamiento de hoy.

Y así se quedó Arturo, en ese perfecto remanso de excitación extrema, su cerebro cambió y ahora sólo existía una palabra en su mente: Más.

 

Autor: Art

Ilustración: shadow

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