LA BARBACOA DE LAS REINAS POR MISTRESS DAIANA
Mis manos tiemblan en el teclado, mi corazón palpita a mil, mientras los recuerdos de ese fin de semana se acumulan y trato con todo el cariño del mundo, plasmarlo en este escrito.
Creo que las casualidades no existen. En el momento en que cogemos las riendas de nuestra vida, solo es cuestión de ver las señales que te envía el universo y seguirlas, sin más… sin miedo.
Conocí a mi mentora (a mi me gusta llamarla Master and Commander) por la puñetera curiosidad y las ansias de conocimiento que tengo desde que me di cuenta que me va el rollo BDSM. Leí por internet que se organizaba una barbacoa de Diosas, pero qué cojones es eso????… en mi más absoluta ignorancia pensé “bueno, será un espacio donde compartir con otras mujeres Dóminas (hasta el momento mi única experiencia había sido con Amos, pero no vibraba con las cosas que me decían, ahora me doy cuenta que no es lo mismo una Diosa que un amo)”… cogí a mi esclavo (que no lo es, por cierto, pero que hace cualquier cosa por mi) y nos fuimos al evento en el Reino.
Algunas instrucciones me había dado mi mentora con respecto al vestuario, había que respetar el protocolo, por tanto, salí desde casa en mi personaje de Diosa… Mientras íbamos en el coche, le daba instrucciones a mi esclavo, le decía que no iba a hablar nada (no calla ni debajo del agua) y que haría todo lo que yo le dijera, sin cuestionar nada, ese día cumplió todo como mi perro obediente (solo ese día… cuando los sentimientos se mezclan con el juego y no se vibra con lo que se hace, empiezan los problemas, pero eso es harina de otro costal).
Cuando llegamos al Reino, mi Master and Commander nos recibe junto a su perra que no paraba de ladrar, la primera vez que la vi, tuve que controlar que no oliese el miedo que emanaba de mi cuerpo… los perros tienen ese instinto, pero Lady Elsa, con lo grande que es y lo mucho que acojona, dio su autorización perruna para que pudiéramos entrar al Reino, siempre a la vera de su Ama.
Cuando vi a Lady Monique, me pareció una mujer entrañable, muy activa y atenta a todas las personas que allí estábamos, y que éramos muchas. Me dijo que me sentara en la mesa de las Señoras y las criaturas pegadas a la pared… La imagen para mi fue sublime y maravillosa, ver por primera vez la supremacía femenina en una barbacoa, en donde, la mujer tenía el verdadero protagonismo, me sentí en la gloria. Como llegué tarde, me tocó sentarme al lado de las Diosas que venían fuera de España, no pude hablar con ellas porque mi inglés es malísimo y no me salían palabras para preguntar todo lo que quería saber de este maravilloso y perversamente dulce espacio, aunque la verdad, no hizo falta hacerlo, solo con ver y observar lo que ocurría a mi alrededor, me bastaba, me sentí en ese momento, que estaba en el sitio correcto.
Elsa se pone a ladrar, había llegado Lady J´Adore, cuando la ve, mueve la cola y entra como si fuese su casa, con paso firme, como suele hacerlo. Había llegado mi madrina. Se sienta a mi lado y la conexión que sentí por ella, fue intensa desde el primer segundo. Cómo trataba a las criaturas y la naturalidad y simpatía al hacerlo, entendí que esto no va solo de dar latigazos, que el respeto al otro es lo primero, y que los acuerdos básicos en el juego de rol, son importantes cuando las sesiones adquieren un matiz más perverso. Si… hay perversión en mis ojos y en todas las mujeres que estoy conociendo ahora, hay deseo y placer al ver a un hombre verdaderamente entregado, dispuesto a satisfacer sus fantasías y que explícitamente entrega el control de su cuerpo y mente para hacerlas realidad y por supuesto… y con eso realizas las mías.
Si… al final es mi disfrute, que la mujer tenga el más absoluto control de su placer, que no solo va de sexo, va de buscar nuevas sensaciones, de conocer y ampliar los propios límites para vivir una vida con libertad y en plenitud. Y si… también va de latigazos y humillación, de transformarse en una mujer poderosa, segura de si misma, atenta a los detalles y satisfaciendo no solo el propio deseo de sentir por primera vez la supremacía femenina en las propias carnes, sino que me han enseñado que la entrega y cuidado que se da a las criaturas, es fundamental para que la conexión sea intensa. Si esto no es el paraíso… poco le falta.
Qué distinto sería el mundo de esta sociedad heteronormalizada, si hubiese sido gobernado por mujeres…
Autora: Mistress Daiana