La humillación pública es una variante del public play consistente en realizar escenas de D/s en lugares donde tenemos la seguridad o una relativa probabilidad de ser observados por otr@s.

Lo primero que debemos tener en cuenta respecto a la humillación pública es que es una práctica relativamente extrema y exhibicionista, que presenta diferentes problemas desde el punto de vista del consenso. Recordemos que una escena D/s requiere del consenso de todas las personas implicadas en la misma, y esto engloba a las personas que van a ser testigos de ella, por lo que “forzar” a terceros a presenciar una escena de humillación que les puede resultar turbadora o incómoda no debe considerarse algo lícito. Desde el punto de vista del consenso es incorrecto realizar este tipo de escenas en lugares donde vamos a obligar forzosamente a las demás personas a presenciarla, lugares tales como una avenida concurrida, una estación de metro/autobús, un aeropuerto o el interior/exterior de edificios públicos.

De la misma forma, es absolutamente incorrecto realizar estas escenas en lugares o espacios con afluencia de menores, tales como las proximidades de parques, colegios, institutos o guarderías. No observar estas advertencias puede conllevar problemas inevitables con la policía.

Si vamos a realizar una escena de humillación pública debemos tener en cuenta que el lugar escogido sea de poca afluencia y que las personas que puedan toparse con nosotr@s tengan como mínimo la posibilidad de evitarnos, por lo que un callejón, un solar o un garaje son las mejores opciones para jugar a plena luz del día. Por la noche las posibles localizaciones seguras se amplían, sobre todo de madrugada, gracias a la oscuridad, a la ausencia de menores y al escaso trasiego de peatones, en horas nocturnas parques y plazas pequeñas son seguros.

Si bien es cierto que la humillación pública implica deseo exhibicionista la tensión de la escena es mucho más intensa si jugamos evitando ser descubiert@s. Dependiendo de la práctica que elijamos realizar el riesgo será más o menos intenso y la tensión irá pareja a ese nivel.

Podemos desde hacer que nuestr@ sumis@ nos limpie los zapatos con la lengua postrad@ ante nosotr@s hasta hacerle realizar actos sexuales explícitos, tales como que nos practique sexo oral, penetrarl@ con juguetes sexuales, hacer que se masturbe desnud@ frente a nosotr@s, etc.

Si deseamos realizar humillación pública es necesario que calculemos muy bien dónde, cuándo y cómo deseamos practicarla, tener muy presentes los riesgos que puede implicar y contar en todo caso con planes de contingencia que nos permitan enfrentar imprevistos o malentendidos.

Ilustración: nm