Este tipo de juegos pretenden reproducir, en el contexto controlado y consensuado de una escena o sesión BDSM, una situación similar a la de un secuestro real, con intención sexual o no.

Los juegos de secuestro son una práctica BDSM que se encuadra dentro del llamado «consensuado no consensuado», es decir, se trata de una práctica que implica la simulación de un abuso/acto delictivo dentro de un marco controlado y de juego de roles, que simule dichas escenas.

Este tipo de juego de roles, al igual que otros similares como pueden ser los juegos de violación, se consideran extremos, ya que implican un cierto uso de la violencia, un alto nivel de indefensión del/de la sub, humillación y/o degradación intensas y una fuerte intimidación. Concretamente, los juegos de secuestro suelen conllevar prácticas de confinamiento, bondage duro, reclusión y restricción corporal y sensorial que pueden prolongarse muchas horas o incluso días o semanas, suponiendo un severo nivel de estrés físico y mental para el/la sub.

Un juego de secuestro BDSM debe ser consensuado con límites muy claros y precisos, especificar que prácticas serán tolerables y cuales no para el/la sub, ya que una vez comenzado el juego será complicado detenerlo y se corre el riesgo de ser víctima de prácticas no deseadas.

Resulta vital que la persona o personas con las que vayamos a jugar sean de nuestra total y absoluta confianza, de lo contrario correremos el riesgo de sufrir la traumática experiencia de ser víctimas de un secuestro real, o incluso de violación, robo, chantaje o todo junto.

Como en cualquier práctica BDSM extrema, debemos extremar las precauciones de seguridad a la hora de proyectar y llevar a cabo este tipo de juegos, estableciendo una palabra o gesto de seguridad, asegurándonos que la/s persona/s son de fiar y aclarando límites y líneas rojas.

Como precaución adicional, en caso de que las cosas se descontrolen, es muy recomendable que un/a amig@ de confianza esté informad@ de lo que vamos a hacer y que conozca la ubicación en donde se va a jugar y los nombres y/o DNIs de todas las personas que vayan a implicarse.

Debemos prepararlo todo previniendo los peores escenarios posibles, esto será una forma de disuadir malas intenciones de las personas que participen, garantizando al máximo nuestra propia seguridad. Es posible firmar un contrato para el juego con carácter legal vinculante.

Ciertos juegos de secuestro que contemplan en su inicio escenas de rapto (abordaje en la calle, uso de cloroformo, allanamiento de domicilio…) pueden derivar en problemas si alguien ajeno al juego las presencia por accidente y las toma por un acto delictivo real. En estos casos vamos a enfrentarnos a un serio malentendido con la policía que tendrá consecuencias legales y hasta penales para l@s que participen en la escena, es por este motivo que tendremos que ser muy cuidados@s a la hora de escoger dónde, cómo y cuándo realizamos el juego.

Ilustración: sakurajima saromako