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SUMISA INFILTRADA – EL COMIENZO

CAPÍTULO 1: EL COMIENZO

 

 

Era media mañana de otoño, aún no había visto mi jefe por la oficina, estaba en su despacho reunido desde primera hora de la mañana, algo fuera de lo común en él, porque siempre estaba atento al buen desarrollo de la dependencia, de pronto me suena el teléfono fijo de la mesa, por línea interna me estaba llamando para que me personarse en su despacho, fui a su requerimiento, llamé a la puerta para pedir permiso para entrar, me lo concedió y me ordenó que me sentara y me uniera a la reunión.

Me presentó a un inspector que está investigando, desde hace más de 5 meses, desapariciones de mujeres de mediana edad en el centro de la ciudad, y la única pista es un nombre por internet  “Master Clan”, no había recopilado más información sobre el individuo, ni de los hechos que originaban esas desapariciones sospechosas de las jóvenes.

—Y nosotros hemos pesando que tú, Jen, nos podrías ayudar en este caso— Yo acepté cooperar en el asunto, pero estaba muy perdida por lo que no sabía por donde empezar a tirar del hilo, mis dos jefes y yo estábamos en la misma situación.

Volví a mi mesa de trabajo, solo con un nombre y con los hechos: desapariciones de jóvenes de mediana edad. Me puse enseguida a investigar por internet, no sabía por donde empezar, comencé por lo básico, por el nombre “Master Clan”, y salieron cuatro letras: BDSM, no tenía ni idea de su significado, pero tenía un punto de salida ya. así que busqué el significado de esas cuatro letras: “BDSM es un término creado para abarcar un grupo de prácticas eróticas libremente consensuadas que, en algunos casos, son consideradas como un estilo de vida. Se trata de una sigla que combina las letras iniciales de las palabras Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión y Masoquismo”.

Ahora tocaba introducirme en ese mundo y coger algo de experiencia para poder ir a investigar a “Master Clan”, porque no podía ir en vano y echar por alto las investigaciones de tanto tiempo, por eso volví a recurrir a internet para hacer una búsqueda y ver quien podría iniciarme y recabar toda la información posible sobre ese mundo. No tardé más de un par de horas y encontré en una página delicada a ese tema un anuncio interesante: “se busca Señorita atractiva con ganas de aprender la sumisión de nivel básico, hasta los límites que se establezcan entre ambas partes, principalmente educación de servidumbre”, ya lo tenía, ahora tocaba contactar con la Mistress del anuncio y cruzar los dedos para que todo saliera bien.

A la mañana siguiente contesté a ese anuncio:  “Buenos días Mistress Júpiter, he visto en la web su anuncio, y estoy interesada en ser su sumisa e ir aprendiendo bajo su domino, espero su repuesta Mistress Júpiter”, ya había dado el primer paso,  y me tocaba esperar y rezar para que todo saliera según mis planes. A eso de la media mañana recibí un mensaje: “Buenos días, gracias por escribir solicitando información sobre el anuncio, le comento, ando buscando una señorita que quiera introducirse en el mundo de Bdsm, si es posible que sea novata para empezar desde cero a educarle en tema de protocolo y servidumbre hacia una Mistress en reuniones de Bdsm y prácticas de juegos de menos a más respetando los límites personales”. Me pareció educada y prefecta para lo que estaba buscando, tras una larga conversación online, quedamos al día siguiente para ponernos cara y poder tomar un café y amarrar los últimos flecos de la futura relación Mistress y sumisa.

Al siguiente día, en torno a mediodía, ya me entró el gusanillo de los nervios, y solicité permiso a mis superiores para salir un poco antes de la oficina, quería ir a mi casa para poder comer y arreglarme un poco para la ocasión. Tras comer algo, me di una buena ducha de agua tibia para relajarme un poco, también usé uno de mis juguetes eróticos, concretamente un consolador, para terminar de desechar los nervios que tenía, fui al vestidor con una toalla liada sobre mi cuerpo y agitando el cabello al aire para que se secarse de forma natural, abrí mi armario y me senté sobre la cama buscando el vestido que tenía en mi mente, lo saqué y lo deposité sobre la cama, era un vestido elástico negro, tipo mini falda, con escote pronunciado en forma de V, también saqué unos zapatos rojos de tacón fino y alto y el bolso a juego con los zapatos, fui al tocador y busqué un juego de lencería mona rojo pasión, tenía que ir con todos los detalles bien atados para que fuera una entrevista positiva. Me sobró un poco de tiempo, así que me tumbé en el otro lado de la cama a fumarme un cigarrillo… sonó mi teléfono móvil, era un mensaje de Mistress Júpiter y tuvimos una pequeña conversación:

—¿Qué tal, Jen?

—Bien, Mistress Júpiter, terminando de fumarme un cigarrillo y empiezo a arreglarme.

—Vale, muy bien, nos vemos dentro de un rato.

—Si, Mistress Júpiter.

Empecé a arreglarme y vestirme, iba con tiempo suficiente, quería llegar la primera y coger una mesa un poco apartada del bullicio para poder conversar tranquilamente, así lo hice, llegué y escogí una mesa un poco apartada, como tenía en mi cabeza. A la hora en punto, paró un coche de color oscuro y se abrió la puerta trasera izquierda, empieza a verse una impresionante bota negra de tacón fino, yo pensé rápidamente “esta va a ser Mistress Júpiter”, terminó de bajarse del coche dio unos pasos hacia la cafetería y sacó su teléfono móvil para llamarme, le cogí la llamada y me incorporé del asiento para dejarme ver, en seguida me localizó, colgó y se encaminó hacia mi ubicación, yo la esperaba de pie y llegó a mi altura.

—Buenas tardes, ¿Jen?

—Buenas tardes, Mistress Júpiter.

—Nos sentamos y hablamos.

—Vale.

Era una mujer espectacular… alta, medía unos 1’77 cm de altura con el pelo largo negro azabache, uñas largas de color rojo, igual que las mías, y unos impresionantes pechos, más grandes que los míos.  Con mucho disimulo, al volverme a sentar tiré de mi vestido hacía abajo para intentar sacarme un poco más de escote, Mistress Júpiter se sentó, fijándose en mi pecho, ya me sentía deseada por ella, se acercó el camarero y Mistress Júpiter pidió un Gin tonic sin dejar de observar mis pechos, yo me pedí lo mismo. Mistress Júpiter abrió su bolso de mano y sacó una libreta, un bolígrafo y un paquete de cigarrillos con su mechero, me preguntó:

—¿Fumas?

—Si, por favor.

—Bien, te voy a hacer unas preguntas y si me gusta, damos el siguiente paso. ¿Nivel de Bdsm?

—Ninguno, cero.

—¿Qué rama de Bdsm que deseas aprender?

—Servidumbre, protocolo y explorar mis límites.

—Bien, ¿tienes vestuario?

—No.

—Vale, no pasa nada, ¿qué disponibilidad tienes Jen, mañana, tarde, todo el día?

—Mistress Júpiter, puedo darle una disponibilidad de 24/7 — Mistress Júpiter, dejó de beber y contestó:

—¿Qué me dices?¿en serio?

—Si, así es Mistress Júpiter.

—¿Pero tú no trabajas Jen?

—Tengo dos meses de descaso Mistress Júpiter.

—Bien, así podremos avanzar más rápido, ¿y cuándo puedes venir a empezar?

—A partir de ahora cuando usted diga Mistress Júpiter.

—¿Jen qué orientación sexual tienes?

—Mistress Jen, soy bisexual.

—Muy bien, yo soy lesbiana, así mejor.

Mientras que me hacía las preguntas noté que Mistress Júpiter se acercaba más hacia mí y yo hacia ella, Mistress Júpiter se dio cuenta de ese detalle y me dijo tocándome el muslo: “nos terminamos la copa y nos vamos a hacer algunas compras, para empezar cuanto antes”, yo le dije que me disculparse un momento que tenía que ir a baño.

—Un momento que pago yo la cuenta y te acompaño— respondió Mistress Júpiter.

Yo asentí y nos fuimos las dos a baño… me quedé en la puerta esperando y Mistress Júpiter me dijo que pasara con ella que cabíamos las dos juntas. Entré, Mistress Júpiter se dirigió al inodoro y yo me quedé en el lavabo mirando el espejo para ver cómo iba mi maquillaje, noté una suave caricia sobre mis glúteos y hacia la entre pierna y al mismo tiempo Mistress Júpiter me iba diciendo que estaba monísima.

Empiezo a sentir algo extraño dentro de mi, me vuelvo con mucha suavidad y abriendo y poco las piernas, Mistress Júpiter dijo “muy bien mi putita”.  Mistress Júpiter terminó de orinar y cogió un trozo de papel higiénico y me dijo: “ven y limpia a tu Señora, a partir de ahora serás para mí, mi putita, y yo Mistress Júpiter seré tu Señora, ya no quiero que me tutees más, vamos a empezar la relación ya”.

Me acerqué hacia mi Señora, que me dio el trozo de papel higiénico en la mano mientras abría un poco sus piernas, cogí al vuelo la intención de mi Señora, metí la mano y empecé suavemente a secarle y mi Señora me dio un beso en los labios, empecé a sentir el deseo de estar con mi Señora, pero tuve que aguantarme y seguir firme, se levantó de la traza del inodoro y me dijo: “arreglame mi ropa”, tuve que subirle su tanga y colocárselo con mucha delicadeza y dulzura, igualmente hice con los pantys que llevaba mi Señora, después le coloqué bien una bonita falda de tubo.

—Señora, ¿me permite, también tengo que orinar?

—Claro que si mi putita. Las manos quietas, ven que voy a subirte el vestido y bajarte la lencería.

Me coloqué delante del inodoro y empezó a subirme el vestido y bajarme la lencería, ahí comencé a excitarme un poco más de lo que estaba, vio mis genitales y me dijo “qué bonito lo tienes, me encanta”, me senté en el inodoro a orinar, mientras mi Señora se echaba un vistazo en el espejo para observar el estado de su maquillaje —lo tenía prefecto— terminé de orinar, cuando iba a limpiarme, mi Señora me dijo:

—Las manos quietas otra vez, ahora me toca a mi limpiarte.

Me secó el clítoris con mucha delicadeza y suavidad y me ordenó estar de pie así quieta un momento, abrió sus bolso y saco un plug con forma de huevo y me lo introdujo por mi clítoris, y me dijo: “así irás mejor por la calle mi putita”,  me subió la lencería con suavidad y me la colocó bien, también me colocó el vestido, se puso delante de la puerta del baño para salir las dos y me dio su mano, ella abrió la puerta y caminamos las dos agarradas de la mano hasta salir a la calle.

 

 

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