MIS PRIMEROS AZOTES
Era una tarde cualquiera, me encontraba desempeñando las tareas que me ordenó mí Señora, una vez que le había saludado protocolariamente, cogí todo lo necesario para poder realizar correctamente mi labor, concretamente, me ordenó realizar una limpieza a fondo, la de su cuarto de baño. Saqué del cuarto de baño, todo lo que me podría molestar o estorbar y lo puse en el pasillo, pegadito a la pared, ordenando, para no molestar innecesariamente; a mí me gusta estar, pero que no se note mi presencia, por lo que siempre estoy atenta, por si mi Señora reclama mi presencia, y también estoy muy pendiente y atenta de no dejarme por medio mis útiles de limpieza, incluso cuando estoy realizado las tareas.
Esa tarde, la Señora se encontraba realizado sus gestiones en el ordenador personal y noté que la Señora, se sentía muy feliz, animada e incluso canturreaba música que ponía en su ordenador y, de vez en cuando, me decía alguna cosa, como: «Chantal chocho, dime algo, ¿estás bien?, ¿cómo vas nena?» Yo siendo mi obligación, le respondía muy educadamente, «si Señora, todo muy bien» y seguía con mis labores. De pronto noté, que había cortado la música y ya no canturreaba, pero yo seguía con lo mío… y de repente: ¡¡¡plas!!! Un tortazo en el cachete de mí trasero, que es de su propiedad, de mí Señora. Yo seguía en lo mío, me preguntó: ·nena, ¿qué te queda?» yo le respondí: “Señora, no me queda nada para terminar, sólo me queda fregar el suelo de cuarto de baño» Me respondió mi Señora: » vale, terminar prontito» , le respondí: «Si Señora «
Fregué el suelo, esperé un poco a que se secara para poder empezar a colocar las cosas que había sacado de cuarto de baño, lo dejé tal cuál estaba, pero con un reconfortante olor a limpio. Cuando tenía todo colocado, me puse a recoger y guardar los utensilios de limpieza que había usado y una vez que tenía todo ordenado y recogido, me presenté ante mí Señora para comunicarle que había finalizado mí tarea y me quedé a la espera de que me mandase otras labores, pero para mi gran sorpresa no me ordenó hacer otra cosa, me dijo «cógete esa silla y siéntate a mi vera, que estoy terminando de ver un asunto y ahora te digo los que vamos hacer» Cogí la silla y obedientemente me senté a esperar a que la Señora terminarse, me senté en la silla como se sienta una señorita, espalda recta, rodillas y pies juntos y manos sobre las rodillas con la mirada hacia el suelo.
De repente, me pega un tortacillo, encima de mi mano izquierda y levantándose, me dice esta exclamación: ¡venga nena!. Yo me levanté y la seguí por el pasillo hasta llegar justamente a la altura de la puerta del cuarto de baño, pero ahí no me dirigía, era la puerta que estaba enfrente del baño, la abrió y mi Señora entró dentro, yo iba detrás, pero me quede petrificado por los que estaban viendo mis ojos, era una sala auténtica de Bdsm, quería quedarme con los detalles de la habitación, pero se me escapaban de mis ojos, mi Señora cariñosamente me animó a que pasara, me dijo: «venga nena pasa, ahí en la puerta no hacemos nada»
Me introduje en la sala, llegué a donde estaba mi Señora, me ordenó que me quitara el uniforme y la braga, la demás lencería no hacía falta que me dependiera de ella, concretamente me quede en medias, liguero y sujetador. La Señora cogió un especie de trípode que lo tenía apartado y lo sitió en el centro de la sala, me indicó que era un potro de spanking, para mí eso era nuevo, y concretamente ese modelo no lo había visto nunca por Internet, tampoco sabía lo que se podía hacer con ese aparato. Soltó unas correas que tenía y me indicó cómo ponerme, me lo ajustó, estaba con una postura cómoda y mi culito hacia fuera, me colocó la cabeza en un sitio acolchado, me acarició la espalda con sus uñas, sentí que mis nervios se ponía a flor de piel, estaba muy excitado, sin tener ni idea de que iba a acontecer.
Dejó de acariciarme… escuché que trasteaba, estaba cogiendo algo, quise levantar un poco la cabeza y poder observar qué estaba haciendo la Señora, pero me vio y me dijo «¡qué haces qué miras chacha cotilla!» volví a colocar la cabeza, en la posición que me había puesto anteriormente, al momento de esta así, empecé a notar su presencia, poco a poco, mi Señora estaba más cerca de mi, estaba tensa, no tenía ninguna idea de qué me iba a suceder… noté como si algo rozara mis nalgas, yo cada vez estaba más tensa, de repente ¡¡¡plas!!! Pegué un brinco, tenía una sensación de picor en mis nalgas, me había dado mí primer Azote y empezó a darme continuamente. La frecuencia de los impactos iba cambiando, de menor a mayor y de mayor a menor, me estaba fustigando la Señora, con un artilugio que era un mango de madera, seguido por muchas tiras de cuero, después la Señora me mostró el artilugio y me indicó que era un flogger, fue mí primera vez, la primera vez en mí vida que estaba siendo fustigado por una Señora Dómina, la Señora me dijo que si me dolía mucho, dijera la palabra de seguridad, pero en medio de los azotes y de la tensión que tenía, pensé que no podría quejarme ni decir la palabra de seguridad, porque estaba sintiendo el disfrute de mi Señora, y yo no era nadie para querer cortar ese momento de placer a mi Señora. Cuando la Señora vio y creyó oportuno cesó de fustigarme y me dijo: «nena tienes un buen nivel de aguante, has estado aceptable»
Autor: Sissy Chantal