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MI DIARIO

Domingo, 24 de Marzo.

Esteban es un capullo. Supongo que puede ser encantador, en el fondo, pero muy en el fondo, para mí es simplemente un capullo y un machista. Él sólo piensa en sí mismo y no se preocupa de los demás, va a su bola. ¡Es inaguantable!

¿Entonces por qué le dejé que me desnudara, me atara y me azotara? Además de otras cosas. No lo sé, lo único que sé es que me mojo entera con sólo pensar en lo que pasó.

Lunes, 25 de Marzo.

Vaya, no estaba yo muy bien cuando escribí lo de ayer, no he escrito cómo conocí al capullo de Esteban. Y no hubiera pasado nada si no llego a ir a la fiesta del sábado en casa de Vanessa. Creo que tomé algunas cervezas de más cuando alguien sacó el tema del libro “Historia de O”. Vanessa dijo que lo había leído, pero que no le había gustado, que le desagradó. Sin embargo yo dije que también lo leí, pero que no me desagradó, que estaba bien. Entonces Esteban me preguntó porqué pensaba que el libro estaba bien, y no supe qué contestar.
Había ido a la fiesta en taxi y cuando dije que me iba, Esteban se ofreció para llevarme a casa.

El pensamiento de ahorrarme las pelas del taxi me hizo decirle que sí. ¡Tremendo error!, cada día estoy más tonta.
En el coche de camino a casa, él empezó de nuevo a hablar sobre el libro. Quería saber si alguna vez yo había imaginado hacer algo como lo que se describe en el libro. Yo le dije que ni loca. Él me dijo que yo sí lo había imaginado, sólo que me daba miedo. Rotundamente le dije que nada de eso, que no me gustaba, además le dije que yo no me asusto tan fácilmente y él me provocó diciéndome que le demostrara que esas cosas no me dan miedo.

Total, que a lo tonto y como tonta acepté el reto. Así que cuando llegamos a mi casa le invité a pasar y sin darme mucha cuenta me desnudé, quedándome con mis bragas y mi sujetador. Él cogió el cinturón de mi bata y me ató las manos a la espalda. Le dije que como condición no me quitara la ropa interior y nada de tocarme debajo de ella. Pero fue lo primero que hizo, quitarme el sujetador y mis pechos saltaron alegremente fuera de él.
Grité, pero no demasiado alto, la vecina de abajo se enfada si hago demasiado ruido.

Comenzó a cogerme las tetas y a jugar con mis pezones, tirando de ellos y pellizcándolos hasta que me dolían un poco. Luego comenzó a darle mordisquitos, no muy fuertes, pero me dolían un poco más. Yo me quejé y él me dio la vuelta y me dio un azote en el culo. Me picó, pero desafiente le dije que no me dolía. Y entonces me quitó las bragas y comenzó a darme azotes sobre mi desnudito culo.

Había tomado algunas cervezas y cuando me estaba azotando, lo único que se me ocurrió fue mearme encima. Me puse empapada y dejé en el suelo un tremendo charco humeante. Estaba avergonzada y Esteban encima no dejaba de reirse. Me desató las manos y me dijo que me diera una ducha y limpiara el suelo. Seguía riéndose cuando me dijo que lo dejáramos, que habíamos bebido demasiado y no ibamos a disfrutarlo, que otro día seguiríamos con el juego. Le dije que ni loca, pero me amenazó con que contaría a todos que me había meado encima delante de él.

Martes, 26 de Marzo.

Esteban me ha llamado y me ha dejado un mensaje. Pero he pasado de llamarlo, valiente capullo.

Miércoles, 27 de Marzo.

Esteban me ha vuelto a llamar, insiste. Me ha dejado otro mensaje preguntándome porqué no le devuelvo la llamada. Me ha dicho que ha hablado con Vanessa, pero que se le ha olvidado decir que me meé encima como una niña chica y que la volvería a llamar para contárselo.

He llamado a Esteban del tirón. Me ha dicho que se alegra de tener noticias mías, que desde que el otro día nos despedimos ha estado esperando quedar conmigo.

Le dije que no estaba segura de hacerlo de nuevo, me insistió de nuevo y con el temor de que contara algo le dije que vale, que nos veríamos de nuevo. Como le diga algo a Vanessa se entera todo dios, con lo cotilla que es. He quedado con Esteban el viernes por la tarde. Me ha dicho que lleve un vestido y nada de ropa interior, nada más que unos ligueros con medias en rojo. Me dijo que le gustaba el rojo. Le dije que ni lo soñara, que ni loca iba con ligueros y nada debajo.

Jueves, 28 de Marzo.

¿Dónde coño voy a encontrar unos ligueros rojos?

Sábado, 30 de Marzo.

Ayer no escribí nada. Estaba tan agobiada de encontrarme de nuevo con Esteban que no tenía cabeza para escribir nada. Pero hoy tengo tantas cosas que escribir… y no sé por dónde empezar.

Estaba asustada cuando llegué a casa de Esteban, pero también estaba muy cachonda con el encuentro. Siempre he tenido fantasías sobre esto y por fin iba a hacerlo. Entré y me miró de arriba abajo. Le gustó que llevara las medias rojas y que esperaba que yo hubiera seguido todas sus instrucciones. Pero no lo hice, llevaba bragas pero no se lo dije. Me figuré que se daría cuenta pronto.

No dijo nada, me puso una cerveza y se sentó en la cama a mi lado. Hablamos sobre otros temas un rato. Estaba tan nerviosa que estaba deseando que se decidiera antes de que yo me arrepintiera, además, qué caliente estaba… Por fin me preguntó si no estaría más cómoda sin el vestido. No le di más vueltas, me puse de pie y dejé caer el vestido a mis pies. No me dijo nada de las bragas, se puso de pie y cogió unas correas de cuero con hebilla de un cesto que había en la mesita. Parecían collares de perro pequeño.

Me los colocó en las muñecas y en los tobillos. Cogió un collar de perro grande y me dijo que me lo pusiera en el cuello. Luego cogió algo metálico, creo que un mosquetón, y unió las correas de mis muñecas a mi espalda. Uff, qué duro tenía los pezones en ese momento, tan cachonda me ponía todo aquello. Me los miró, sonrió y no dijo nada. Luego cogió una pelota de caucho con una correa, me metió la bola en la boca y cerró la correa tras mi cabeza. Quería decirle que me quitara la bola, pero no podía hablar ya.

¡Bien, ya estás lista!, dijo muy alto, pensé que creía que estaba sorda, cuando como estaba era muda, pero al momento comprendí que no era conmigo con quien estaba hablando cuando vi una mujer aparecer por la puerta del dormitorio.

¡No me lo podía creer! ¡Una mujer viéndome así! Encima la mujer no venía muy vestida. Llevaba un corsé de cuero al que estaban enganchadas unas medias de seda negra y sus tetas se salían por encima del corsé y venía sin bragas y con el coño afeitado. ¡Qué situación!

Esteban me dijo que como ésta era mi primera vez él quería que me iniciara en condiciones y que su amiga Natalia era una ama profesional. Ella inmediatamente me dijo que la podía llamar Ama Nati.

Ella dio una vuelta a mi alrededor, observándome lentamente, mirando atentamente mi cuerpo de arriba abajo. Alzó su mano y me acarició una teta y me pellizcó el pezón. Me sobresalté, me dolió. Le preguntó a Esteban porqué llevaba yo las bragas puestas y él le dijo que me había dicho que no me las pusiera y que yo le había desobedecido.

Ella me miró maliciosamente diciéndome que lo iba a sentir. Le dijo a Esteban que le diera unas tijeras y cortó mis bragas. Después me dio un tirón muy fuerte de mi vello púbico, que me hizo tambalear y me dijo que la próxima vez hiciera lo que me dijeran y que fuera pensando en afeitarme el coño entero si no quería sentir cómo me tiran de los pelillos.

No sé lo que aquella tía había pensado, pero en ese momento pensaba que no habría próxima vez, ni loca.Diario1

Me dijo que para empezar me iba a calentar el culo con su mano. Así que se sentó en la cama y Esteban me llevó hasta ella y me hizo tumbarme en su regazo.

Y bien que me calentó, comenzó a azotarme con ganas y el culo me quemaba. Esteban estaba allí de pie mirando, pero bien que sudaba, el capullo tenía que estar cachondo perdido.

Tenía el culo ardiendo y los azotes me picaban mucho. Ella paró y se puso de pie de repente haciéndome caer al suelo. Caí de culo y no veas lo que me dolió con lo dolorido que ya tenía el culo.

Entre los dos me levantaron y me pusieron de rodillas sobre una silla. Me ataron los tobillos a la silla y me pusieron una cuerda al collar del cuello y la ataron al respaldo de la silla. Mi culo quedaba al aire, muy bien puesto, pensé que sería una excelente diana para aquella tía.

Natalia -perdón, quiero decir Ama Nati- le dijo a Esteban que había traído una bolsa y que estaba en el salón. Él fue a recogerla. Volvió con una bolsa de viaje en la mano y ella sacó como un tubo de goma de la bolsa, no lo vi bien con mi postura.

Comenzó a tocarme el agujero de mi culo. Me sentí muy avengonzada, pero no dejaba de estar cachonda con todo aquello, lo estaba pasando bien, sobre todo cuando ella comenzó a meterme un dedo por el culo.

Me dijo que no quería que disfrutara con lo que pasaría después, así que antes me iba a bajar la excitación. No lo entendí muy bien, pero bien que me enteré al momento. Oí algo zumbando y lo sentí apretando contra mi ano. No tardé mucho en darme cuenta que era un consolador con vibración. Me lo metió entero en el culo y lo dejó ahí. !Qué gusto! Entonces oí otro zumbido y pronto sentí otro vibrador en los labios de mi coño y era más grande, seguro. Me lo metió en el coño una y otra vez. Yo me derretía de gusto.

Luego me lo puso en el clítoris y tardé dos segundos en correrme y ella no paraba de pasármelo y yo venga y venga correrme. ¿He hablado alguna vez de orgasmos múltiples?, pues aquello eran orgasmos múltiples. No paré de correrme una y otra vez, no paraba de moverme y de gemir babeando con la bola en la boca.

¡¡¡Qué gustooooo!!! Antes estaba algo tensa atada a la silla, ahora estaba rendida, toda fláccida y relajadita en la silla.

Apagó el vibrador grande pero me dejó metido en el culo el pequeñito. Se puso delante de mí y me alzó la cabeza tirando de mi pelo con fuerza, para que pudiera ver lo que ella tenía en la mano. Me enseñó una paleta de cuero bastante gruesa. Dejó caer mi cabeza y se puso otra vez detrás mía.

Ya sabía que iba a darme fuerte con aquello, pero aún no tenía ni idea de lo fuerte que me iba a dar. Hizo mucho ruido cuando me azotó con la paleta y di un salto sobre la silla y la zona donde me había dado me picaba y me ardía mucho, ¡cómo dolía! Me dio otro azote un poco más flojito y de repente me dio otra vez con todas sus ganas. ¡Dolía de verdad, uff! En aquel momento querría haber salido corriendo de allí. Pero aún quedaba más…

Ella me había hecho correrme antes de forma bestial porque no quería que disfrutara del castigo, pero tras unos azotes yo ya estaba cachonda otra vez. Mi coño estaba ardiendo, tanto como mi culo y podía sentir mi flujo resbalando por mis muslos. No me gustaba el castigo, pero supongo que mi coño opinaba lo contrario, porque estaba ardiendo el muy cabrón…

¡Vaya! tengo que dejar de escribir, me llaman por teléfono, a lo mejor es Esteban.

No era Esteban, era una amiga. Qué caliente estoy, paso de escribir, voy a hacerme una paja.

Domingo, 31 de Marzo.

Hoy no escribo que llevo todo el día durmiendo, me vuelvo a la cama.

Lunes, 1 de Abril.

Hoy ha entrado a trabajar un chico nuevo en la oficina, es muy guapo y Tina ya estaba encima de él antes de que el chaval se instalara en su escritorio, que si puedo traerte un café, que si necesitas algo, que estoy aquí para lo que necesites… ¡Valiente putón verbenero!

Ahora que releo, creo que me olvidé terminar de escribir lo que pasó en la casa de Esteban. Bueno, pues después de que Ama Nati terminara de azotarme con aquella paleta de cuero que tanto dolía, me hizo follarme a Esteban, que la verdad tiene una polla más bien pequeñita. No fue algo muy complicado para mí follármelo, pero ella no dejó de azotarme con fuerza en mi culo mientras me lo follaba. No me dio tan fuerte como antes, pero era tan constante que no podía concentrarme en follarme a Esteban.

Luego Ama Nati me hizo comerle el coño. Una cosa que yo sólo había hecho en una ocasión y no me gustó mucho, pero en esta ocasión me sentí rara, no me importó hacerlo. Fue divertido lamerle el clítoris con mi lengua. La verdad que ahora no tengo ni idea si se corrió o no, porque me hizo parar, se levantó y dijo que se tenía que ir, que ya habíamos acabado. Me quedé un poco cortada, tenía ganas de más, quería ver cómo se corría. Pero bueno, cuando se iba dijo que podíamos tener otra sesión prontito, pero en su calabozo. ¡Un calabozo! Ufff.

Martes, 2 de Abril.

Vaya, el chico nuevo de la oficina además es muy alegre y simpático. Tina piensa igual. Esa puta no se pierde una, no deja de mirarlo con esos ojos de salida que tiene.

Miércoles, 3 de Abril

Esteban me ha llamado hoy y me dijo que Ama Nati le había dicho que me llevara esta noche a su casa. Estoy entusiasmada con la idea, espero que la cosa no dure demasiado, que mañana tengo que trabajar. Uy, voy a afeitarme el coño.

¡Qué bonito me ha quedado, qué suave! En el espejo se me ve sólo una rajita y muy bonita. Me gusta la sensación y noto mucho fresquito, me gusta mucho. Qué rico tiene que estar ahora mi coñito sin pelillos. Bueno, además así no me tira Ama Nati de los pelillos más, que duele, jiji.

Jueves, 4 de Abril.

Uff, qué noche. Hubo de todo, todo tipo de sorpresas. En primer lugar me enteré de que realmente a Esteban no le gusta azotar a otras personas, ¡sino que le azoten! Es uno de los clientes habituales de Ama Nati, por eso la conocía. Y luego va de macho por la vida…

Lo segundo fue que me enteré que un calabozo no tiene porqué estar en un sótano. Ama Nati vive en un ático en el centro. Cuando Esteban y yo entramos aquello no tenía pinta de calabozo o mazmorra tal y como yo me lo había imaginado en mi calenturienta mente. Pero Ama Nati me dijo que tenía otro apartamento alquilado cerca del suyo al que llamaba “su estudio”.

Ella llevaba puesta el corsé de cuero del otro día. Qué sexy me parece con él puesto. Tengo que ver dónde me puedo comprar algo igual. Me ordenó que me desnudara y me quedé sólo con los ligueros y las medias rojas. Sonrió al ver mi coño afeitado y pasó sus dedos sobre mi pubis diciéndome que estaba precioso. Me alegró saber que le gustó el detalle.

Puso mis brazos en mi espalda y me los ató. Me apretó mucho la cuerda a todo lo largo de mis brazos, uniendo mis codos y eso hizo que mis tetas salieran para afuera. No tengo unas tetas muy grandes, pero son muy bonitas y caben en la mano. Me puso una capucha de cuero, sólo tenía aberturas para los ojos y la boca, pero me puso un antifaz de cuero sin agujeros y una bola para la boca, así que no podía ni ver ni hablar. Me asustó un poco, con el miedo me entraron ganas de mear, menos mal que no lo hice.

Luego me puso algo en los pezones, y uff, ¡dolía mucho! Le puso pesas a eso que me pinzó en los pezones, porque sentí cómo un peso tiraba de mis pezones hacia abajo y mis tetas se deformaron. Además cuando me movía aquellas pesas lo hacían también y golpeaban mi barriga, retorciéndome los pezones y dándome más sabroso dolor. Me hizo alzar una de mis piernas y sentí cómo me ponía un zapato, luego hizo lo mismo con la otra pierna. Eran tacones muy altos, demasiado altos y me era difícil moverme con ellos, sobre todo con los brazos atados atrás.

Entonces me dijo que íbamos a entrar en su calabozo. Sentí que me metió algo en el agujero del culo, creo que la empuñadura de la paleta de cuero, y de esa forma, me empujó y comenzó a dirigirme hacia donde ella quería moviendo el mango de cuero en mi ano. Yo me tambaleaba con aquellos tacones tan altos y las manos atadas atrás.

Oí cómo se abrió una puerta y sentí un aire más fresco contra mi cuerpo desnudo, supuse que estábamos en el pasillo del edificio. Caminé un poco más, guiada por lo que tenía metido en el culo, moviéndolo me indicaba hacia dónde me tenía que mover. Oí abrirse otra puerta y me figuré que estábamos entrando en su calabozo. “Bienvenida a mi calabozo” dijo Ama Nati.

diario2Supuse que era una habitación grande, porque no paré de pasearme durante un rato por ella guiada por el palo en mi culo, aunque me di cuenta que me paseaba en círculos, pero bastante amplios.

Me puso en una especie de plataforma, extendiron mis pies y ataron mis tobillos a algo que me hacía mantener las piernas muy abiertas. Entonces pasaron algo de cuero alrededor de mis muñecas y me las aprisionaron.

Esa correa tiró de mis brazos hacia arriba poco a poco y pronto me vi agachada, con mi cara a la altura de mis rodillas, forzada con mis brazos en alto, mis piernas se tambaleaban, pero me sentía casi suspendida por los brazos forzados a mi espalda y mi culo expuesto a lo que Ama Nati quisiera.

Sentí unos dedos recorriendo el agujero de mi culo y luego mi coño. Estaba muy mojada, goteaba de lo cachonda que estaba. Entonces Ama Nati me preguntó que cuántos azotes me merecía. Pensé que me estaba preguntando a mí, pero al instante oí varias voces diciendo cantidades. ¡Por dios!

Entendí en ese momento que había varias personas en la habitación, ¡y no eran pocas! fueron bastantes voces distintas las que oí. Uff. Creo que toda aquella gente estaría disfrutando un montón con la visión de mi culo totalmente expuesto y mi coño chorreando de lo cachonda que estaba.

Me sentía yo misma como si quisiera encogerme en aquel momento, pero de repente, Ama Nati me dio un azote tremendo en el culo y siguió azotándome y azotándome sin descanso.

Me ardía el culo, me picaba mucho, aquello me dolía muchísimo, intentaba gritar de dolor, pero no podía con la mordaza, sólo podía babear como una tonta. Me di cuenta de que la gente estaba contando los azotes. Contaron treinta y pensé que se pararía. Treinta azotes eran mucho, pero no, se tomó un descanso cortito y siguió azotándome con fuerza. ¡No me lo podía creer!

Perdí la cuenta de los azotes porque comencé a gimotear como una cría, las lágrimas y los mocos me corrían por la cara y no podía pensar en nada. Por fin paró y sentí como si el culo me estuviera ardiendo, uff, cómo me picaba. También sentía cómo las pesas tiraban de mis pezones, que eran arrastrados de un lado a otro por aquellas pinzas que me mordían y que parecía me fueran a arrancar los pezones.

Sin embargo, estaba muy caliente, cachonda perdida, parecía una perra en celo con todo mi coño chorreando jugos. Estaba pensando en que me gustaría correrme como una puta salida delante de toda aquella gente y parece que Ama Nati se dio cuenta, porque empezó a acariciar mi clítoris y sentí rápidamente cómo me venía el orgasmo. Y me corrí y no veas cómo me corrí, ¡no me lo podía creer! nunca creí poder correrme así, además lo hice entre las risitas y los aplausos de los asistentes.

Pasaron muchas más cosas, pero estoy muy cansada y no tengo ganas de seguir escribiendo. Pero estuvimos toda la noche en el calabozo de Nati, dormí muy poquito, me duché y me miré el culo todo marcado y con cardenales. Y eso que tuve un día de trabajo muy duro. Joder, que hoy cada vez que me sentaba en mi mesa no dejaba de retorcerme sobre la silla y los pezones me dolían con el roce de la camisa y lo cachondo es que me calentaba, hoy me he hecho ya tres pajas recordando lo de anoche, dos en el váter de la oficina.

Viernes, 5 de Abril.

Hoy me ha llamado Esteban al trabajo, quería saber si me había gustado la sesión, le dije que estuvo bien, pero que no me había impresionado mucho. Creo que no me creyó porque no paró de reirse. ¡Será capullo!
Bueno, sigo contando. Después de azotarme el miércoles, Ama Nati me desató los brazos, me hizo ponerme de pie y me soltaron los tobillos. Me dieron la vuelta para que estuviera de cara a todos aquellos asistentes y me quitó el antifaz que me tapaba los ojos para que pudiera ver a “mi público”.

Me moría de vergüenza, aquella gente me había visto el culo y cómo me habían azotado, cómo me había corrido diario3como una zorra y ahora estaba de frente, completamente desnuda ante ellos. Pero cuando los miré me dio hasta pena, no había tantos como había imaginado.

Pensé que había una muchedumbre y me había calentado mucho con eso, pero sólo habia diez o doce sentados en sillas. Qué pena, yo me imaginé todo un teatro lleno de gente viéndome así.

Nati me bajó de la plataforma y me llevó delante de mi público. Me dijo que tenía que agradecerles el haber venido a presenciar mi castigo. Me quitó la pelota de la boca y me hizo arrodillar delante del primero.

Pensé que tenía que agradecerles su presencia comiéndole la polla a los tíos o comiéndome los coños de las tías que estaban allí y casi tenía razón. Los dos primeros simplemente me pidieron que les besara los zapatos, pero el tercero se sacó la polla y me dijo que se la chupara, se corrió en mi boca y me tuve que beber todo aquello, no estaba mal, me gustó.

Después vino una mujer, se levantó la falda y me metió la cabeza debajo, la muy guarra no llevaba bragas, venía preparada. Yo no podía ver nada debajo de la falda, pero encontré pronto el clítoris y comencé a chuparlo.

La verdad que se me empieza a dar bien eso de comer coños, porque la tía se corrió en seguida. Total, que al final los restantes listillos y listillas me hicieron comerles la polla y el coño hasta que se corrieron. Pero con la útima mujer la cosa tuvo gracia.

La tía dijo que yo comía muy mal el coño y que era una chica muy mala que tenía que aprender y merecía un castigo. Le dijo a Ama Nati que quería verme llorar por no haberle comido bien el coño. Así que Nati me cogió, me quitó la capucha y comenzó a azotarme con su mano, pero más fuerte que nunca, así que aquella “simpática” señora no tardó mucho en verme llorar como una cría pidiendo perdón entre gritos.

Después de un rato, Ama Nati dijo que ya había sido suficiente por aquella noche. Todos se pusieron a aplaudir mientras Esteban me llevaba al otro apartamento. Me puso una pomada refrescante en el culo y luego me llevó a casa. Y ahora me llama y se rie el muy capullo.

Sábado, 6 de Abril.

Por fin sábado. Después de una semana de trabajo y de la noche del miércoles en el calabozo de Nati, esta noche he decidido no salir y quedarme en casa viendo la tele. Algo nuevo para mí, porque los sábados por la noche salgo siempre de marcha toda la noche. Pero es que mi culo y mis pezones me duelen todavía un poco y están muy marcados, necesito descansar un poco, así que me quedo en casa.

diario4Hace una hora han llamado a la puerta, era el capullo de Esteban diciéndome que Nati da una gran fiesta el miércoles que viene y que yo tengo que ir, me dijo que Nati lo ordenaba.

Bueno, no me ha dejado decirle ni sí ni no, me dio un paquete y se largó sin decir nada más. ¿Ves porqué digo que es un capullo?

Total, me tumbé en la cama y abrí el paquete que me dio. Dentro había un vestidito de criada francesita. Me lo probé. ¡Que cortito es! Aún lo llevo puesto aquí sentada y de pie me he mirado al espejo y se me ve el coño y el culo, es que la falda no es ni falda es un cinturón ancho y las tetas no veas, las llevo fuera enteramente.

Uff, cómo se van a poner los que vayan a la fiesta, ya tengo ganas de estar de nuevo ante “mi público”, espero que en esta ocasión vayan más.

No me lo puedo creer, tengo el culo desnudo directamente sobre la silla y estoy muy cachonda, creo que he mojado hasta la silla. Qué ganas tengo de que llegue el miércoles a ver qué nueva sorpresa me ha preparado Nati, espero que lleve más gente que la última vez y que me dé más fuerte. Joder, qué caliente estoy, paso de escribir, voy a hacerme una paja.

 

Texto: José Luis Carranco – Iustraciones: José Morilla.

 

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