Los Misterios son el sustento del ritual, de la fe, de la alteridad. Es ese secreto que se manifiesta en la corporalidad individual y colectiva, atravesando todo aquello que conforma la otredad, modificando así el conocimiento sobre el entorno, su percepción y los territorios de la carne. Su práctica debe ser discreta, nada puede escapar de las puertas del Templo. El propio hecho de mantenerlo secreto constituye un acto sagrado, revolucionario, la comunión definitiva. Invocaremos el tacto, visualizaremos el desmembramiento y gozaremos en el banquete, para presentarnos ante el camino del BDSM desde una vía radical y enigmática.