Postrarse es el acto de ponerse de rodillas, asumiendo una posición de inferioridad física, para expresar respeto, entrega o sumisión. Se trata de un gesto muy antiguo con gran presencia en el BDSM.

Desde la Antigüedad la postración ha sido un acto de etiqueta, habitual para expresar humildad, solicitar un favor, pedir clemencia y/o magnanimidad o como señal de respeto dirigida hacia una persona o ente religioso/divino. En la actualidad, salvo en el plano religioso, el acto de arrodillarse o postrarse ha caído en desuso, pero sigue muy presente en los rituales y protocolos del BDSM. La postración es el acto de sumisión por excelencia, expresión física y/o pública de la entrega del/de la sumis@ hacia su Am@, de su deseo de servirle.

La postración no tiene porque ser un acto de humillación o de degradación respecto a la persona dominante, much@s sumis@s la realizan con orgullo y la consideran una forma de expresar sus sentimientos de entrega e incluso románticos hacia su Am@, no es vejatoria ni denigrante.

Sin embargo, es muy importante observar en que circunstancias se realiza la postración. Llevar a cabo este tipo de gesto fuera del contexto de una sesión o fiesta/evento BDSM puede resultar problemático e incomodar a las personas. Si bien a algun@s sumis@s les agrada la idea de postrarse en público no resulta aconsejable, dados los malentendidos que podría producir. Es preferible dejar nuestros roles en un perfil bajo cuando nos encontremos en público y reservar los gestos de D/s explícitos a ambientes más reservados para ahorrarnos disgustos.

La postración puede formar parte de un protocolo de juego establecido previamente que el/la sumis@ debe seguir durante una escena o sesión, por ejemplo, postrarse ante el/la Am@ para darle la bienvenida a casa, mientras espera nuevas órdenes suyas o para pedirle un favor.

Autor: Master Spintria

Ilustración:  kawaiirinrin